En 2020, se dio a conocer la historia de tres mujeres brasileñas, quienes llegaron hasta Inglaterra para cursar clases de inglés, aunque nunca esperaron el infierno por el cual iban a pasar durante su estadía en Londres.

Las tres mujeres eran amenazadas y extorsionadas si no cumplían con el contrato que la pareja Shana Stanley, una mujer de 29 años, y Hussain Edanie, un hombre de 31 años, les habían hecho firmar, el cual contemplaba una completa vigilancia con cámaras y monitoreo a través de sus celulares.

No tenían contacto con amigos, familia, y todos sus documentos como pasaporte y dinero fueron confiscados por la pareja que ejercía el rol de proxeneta de las jóvenes, quienes volaron desde su país natal, hasta Inglaterra, supuestamente para aprender inglés, según un reportaje realizado por BBC.

De acuerdo al medio antes mencionado, la historia de estas latinas llegó a su fin cuando los responsables de esta red de prostitución confesaron sus delitos y reconocieron que ayudaban a personas a viajar con el fin de explotarlas de manera sexual.

La red ilegal de comercio sexual también tenía entre sus víctimas a una joven inglesa, a quien habían convencido de que se trataba de un trabajo de modelaje. Ante esto, Edani fue sentenciado a 8 años y 2 meses, y Stanley a 3 años y 7 meses.

“Se convirtió en una pesadilla”

“Me vendieron un sueño que se convirtió en una pesadilla”, relató una de las víctimas cuyas identidades se mantuvieron en anonimato. Luego de ofrecerles una beca para estudiar inglés, fueron atraídas a una red de trata de personas, donde los líderes ganaban millones a costa de explotación sexual.

“Gracias al coraje y la valentía de las víctimas, pudimos reunir pruebas irrefutables que dejaron a Edani y Stanley sin más remedio que declararse culpables, lo que evitará que hagan daño a otros”, señaló a BBC Pete Brewster, uno de los detectives a cargo de esta investigación.

Hussain Ednanie y Shana Stanley | Policía británica, BBC

La historia se dio a conocer luego de que una de las mujeres brasileñas pidiera ayuda a la policía tras una violenta discusión con Stanley, quien la amenazó diciéndole que había “firmado su propio certificado de defunción”.

En primera instancia una de las víctimas indicó que primero habría llegado a la ciudad de Manchester, antes de ser trasladada a Londres a una reunión con Stanley, quien le dijo que debía firmar un contrato, o no podría volver a Brasil ni ver a su familia, todo esto bajo el supuesto engaño de la beca de idiomas.

Tras la firma de los documentos, las víctimas fueron advertidas sobre cuánto debían ganar y para lograr estas altas sumas de dinero, debían “atender” cerca de 15 y 20 “clientes” al día.

“En los dormitorios, todo era filmado por cámaras controladas por la pareja. Les dijeron a las víctimas que enviarían las imágenes a sus familias si no hacían lo que se les pedía”, recoge BBC.

“Las jóvenes recibieron teléfonos celulares de trabajo, con los cuales obtenían información sobre los horarios de los clientes a través de WhatsApp y todos sus movimientos eran monitoreados por GPS. Durante un tiempo, se les obligó a ir acompañadas al curso de inglés, pero pronto se vieron forzadas a abandonar las clases”, agrega la investigación.

Si bien las leyes británicas considera la prostitución o servicios sexuales como una práctica individual legal, se penaliza la explotación y la existencia de burdeles y proxenetas.

“Edani y Stanley atrajeron a las víctimas con falsas promesas para manipularlas y explotarlas para obtener beneficios económicos personales. No tenían absolutamente ningún respeto por las víctimas o su bienestar, incluso obligándolas a trabajar muchas horas por muy poco a cambio, incluso cuando ellas no se sentían bien”, sostuvo Brewster a BBC.