La imagen de una voluntaria española abrazando a un migrante que llegaba exhausto desde Marruecos a la costa de Ceuta, en España, dio la vuelta al mundo y se convirtió en un símbolo de humanidad y una postal de la mayor crisis migratoria que se vive allí.

La protagonista de dicha imagen es una joven estudiante madrileña de 20 años. Luna Reyes no dudó en entregar apoyo a un hombre subsahariano que acaba de arribar a la playa del Tarajal.

“Lloraba… y antes de abrazarme se estaba apedreando la cabeza. Se quería matar”, narró Luna a la televisión española. “Dar un abrazo a alguien que pide socorro es lo más normal del mundo… Merecía más que un abrazo”, añadió.

En tanto, en Twitter agregó que “ayuda humanitaria no es quitarse a las personas de encima, es atender sus necesidades y más en estas condiciones”.

Pero mientras la imagen impactó al mundo e incluso se crearon etiquetas en honor ella como #OrgulloLuna y #GraciasLuna, los comentarios xenófobos y machistas obligaron a la joven a tener que cerrar sus cuentas en redes sociales, según el portal Eldiario.es, citado por Huffington Post.

“Lo vas a pagar caro”, “Te lo querías follar” o “Europa no es una ONG” son sólo algunos de los mensajes que recibió Luna, quien estudia Integración Social.

Luis Reyes, el padre de la joven, en tanto, añadió además que le indigna que se esté utilizando el gesto de su hija para otras cosas. “Siento un poco de tristeza de que haya sujetos que intenten aprovechar y darse notoriedad respondiendo a comentarios positivos sobre ella metiendo cosas falsas. Siento impotencia”, comentó al portal.

“Para mí tiene muchísimo valor (el actuar de Luna)… solo hay una mirada para ver ese tipo de actos y lo demás no merece la pena ni tenerlo en cuenta”, sentenció.

La joven está tan inmersa en la situación que incluso “no le salía ir a tomarse algo porque seguía viendo a niños exhaustos en la calle. Está realmente impactada”.

“Le da muchísima pena cómo está llegando la gente que va buscando un futuro mejor. Ella hace lo que deberíamos hacer cualquiera, que es tranquilizarlos y atenderlos. Es gente que viene muy jodida de pasar realidades muy duras”, cerró Luis.