Durante casi mil años los gladiadores estuvieron vigentes en toda Roma, siendo aclamados y respetados por las clases populares que veían reflejados en ellos todas sus aspiraciones.

En la imagen popular, los gladiadores eran hombres condenados a morir en medio de peleas a muerte, un relato que permanece aún, pese a que la evidencia describe que la vida de estos atletas de la antigua Roma era bastante diferente.

Por ello, eran exaltados como héroes, eran hombres aclamados por las multitudes. Así mismo, lejos de las luchas fraticidas, ellos sobrevivían a sus duelos con astucia y perseverancia.

Si bien, se piensa que adentro de los anfiteatros romanos, todo se valía, lo cierto es que habían reglas para cuidar el bienestar de los populares luchadores que estuvieron vigentes en Roma cerca de mil años (entre el siglo I a.C y el II d.C).

Al respecto, podían pelear máximo tres veces al año, mientras su edad promediaba los 25 años, de acuerdo a BBC Mundo.

Gladiadores: los atletas de Roma

Del mismo modo, un gladiador era considerado una importante inversión a largo plazo, siendo ellos esclavos que peleaban por su libertad. Sin embargo, entre los lanistas, los dueños de escuelas de gladiatura, los alimentaban y les otorgaban cuidados médicos, además que debían entrenarlos a diario, menciona National Geographic.

Por supuesto, las recompensas eran colosales. Al ganar en varias batallas, recibían entre el 20% y 25 de las ganancias por combate. Esto supone que llegado al momento, alcanzaban su libertad, tras recibir una espada de madera denominada rudis, que simbolizaba que alcanzaron su libertad con sus propias manos.

Eso sí, entrenaban todo el año, mientras algunos lo elegían como carrera profesional debido a las comidas y al estilo de vida de lujo que llevaban. Hay que recordar que el personal “incluía médicos, actores, responsables de engrasar y masajear a los gladiadores, además de cocineros y armeros, entre otros”.

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Entonces, si morir era inusual, ¿cómo se declaraba al vencedor? Los combatientes, al perder sus armas o rendirse, podían ser salvados por el público que honraba la manera de luchar de los gladiadores.

Los mitos sobre los gladiadores de Roma

“Matar gladiadores se hace de manera rápida y limpia”, informó a National Geographic John Coulston, arqueólogo de la Universidad de St. Andrews en Escocia. “Es una cortesía profesional entre los gladiadores: si alguien va a morir, que sea lo más indoloro posible y absolutamente letal”.

No obstante, en este punto hay otro mito extendido sobre los gladiadores, puesto que el puño cerrado con el pulgar hacia abajo, que significaba la muerte para el luchador, era una práctica poco común, ya que la multitud impedía ver la sentencia. Es más, este gesto correspondía al patrocinador de la velada que actuaba según lo que exigía la muchedumbre.

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Así se habla que de cada 10 gladiadores que se presentaron en peleas, cerca de 9 sobrevivía. De igual modo, un factor decisivo era que la muerte no se producía en el campo de batalla, puesto que era común morir a causa de una infección de una herida.

La admiración que despertaba un gladiador en Roma

La devoción que provocaba la performance, también asegura el suspenso del público. Hay que resaltar que había distintas clases de gladiadores, según la especialidad. Por ejemplo, el retiarius era “un luchador ágil y casi desnudo, armado solo con una red, un tridente y un cuchillo pequeño. En general, le ponían como contrincante a un murmillo, un luchador con más de 20 kilos de equipo de protección”.

Igualmente, existían los tracios que llevaban una espada curva. Mientras tanto, el secutor portaba una espada y debía “enfrentarse siempre al reciario, que llevaba un tridente y prácticamente no llevaba protección. El cestus luchaba con los puños y el equites luchaba a caballo”.

Con ello, otro aspecto peculiar era que los fluidos corporales de los gladiadores eran valorados en Roma. Tanto llegaba el fanatismo, que el sudor era comercializado como perfume. Lo mismo ocurría con la sangre de los luchadores, pues era ocupado como afrodisiaco, detalla la revista Muy Interesante.

Bajo este contexto, la historiadora de arte Katherine Welch, mencionó a National Geographic que “eran como estrellas de rock sexys”.

¿Existieron las mujeres gladiadoras?

Aunque las películas y serie de ficción acentuaron que las mujeres no participaban de la acción en el coliseo, los registros históricos avalan que existieron mujeres gladiadoras.

Al ser espectáculos poco frecuentes, en su tiempo, se les consideró exóticos, aun cuando formaron parte de los reinados de Nerón, Domiciano y Trajano. En paralelo, las teorías deslizan que se trataban de la iniciativa comercial de los patrocinadores que buscaban otorgar novedad al espectáculo.

Asimismo, al luchar las mujeres debían combatir con el torso desnudo, lo que incitaba un ambiente de erotismo, en una sociedad recatada en el modo de vestir.

En esta línea, las encargadas de animar los juegos, eran mujeres libres o esclavas, mientras otras participantes tenían prohibido arriesgarse, pues se trataba de un acto indigno, ya que estaban sujetas a las normas sociales de la época.