El estudio fue realizado utilizando criterios de Teoría Lingüística de la Iconicidad. Sólo hay dos ciudades representando a Sudamérica.
Un nuevo estudio internacional ha revelado “los nombres de ciudades más bellos para pronunciar”, según los principios de la lingüística. En este sentido, Tokio se situó como el “nombre de ciudad que suena más bello”, mientras que Valparaíso estuvo en el Top 10.
El estudio, encargado por la cadena Premier Inn, utilizó principios de la lingüística para analizar 100 ciudades de todo el mundo, revelando cuáles son las 15 que suenan más bellas para el oído humano.
El artículo aseguró que se utilizaron criterios relacionados la Teoría Lingüística de la Iconicidad, junto con los estudios del académico James Adelman, de la Universidad de Warwick, sobre el Simbolismo del Sonido.
Asia alberga tres de los cinco nombres más “agradables” del mundo. Asimismo, Glasgow también figura en la lista mundial, en séptima posición, además de llevarse la corona como el nombre de la ciudad más bella del Reino Unido.
Sudamérica está representada por Valparaíso (Chile), en el lugar número 8, y Quito (Ecuador) quedando en la novena posición.
Un vocero de Premier Inn explicó la metodología que se utilizó parra llevar a cabo el estudio en sí.
“Se recopiló una lista de 100 ciudades de todo el mundo. El nombre de cada ciudad se tradujo fonéticamente utilizando el traductor toPhonetics. Luego se calificaron las ciudades atribuyendo una cifra de valencia a cada fonema incluido en cada nombre”.
Hay que señalar que, en 2017, el escritor y profesor de Castellano, Manuel Peña Muñoz, reveló algunos detalles sobre el origen del nombre Valparaíso a Soy Chile.
“El nombre de Valparaíso fue dado por Juan de Saavedra en recuerdo de su pueblo español, pues la ciudad se denominaba antes Alimapu en lengua mapudungún que significa ‘tierra quemada’ nombre que explica los constantes incendios que caracterizan la ciudad”, explicó.
“Los changos bautizaron así esta ciudad castigada por el fuego desde sus inicios y también debido al color arcilloso de sus cerros que le da un aspecto ‘quemado’. Luego vinieron las denominaciones de los cerros en la época de la Colonia”, detalló.