Cada domingo de resurrección, los católicos celebran la resurrección de Jesús. Sin embargo, la costumbre por recibir chocolates de parte del conejo de Pascua viene de la festividad pagana de celebrar a la primavera más que ser una fiesta religiosa.

Más allá del simbolismo religioso de la llamada Semana Santa, en muchos países lo que más lidera estas fechas es la costumbre por los huevos de chocolate que trae el popular conejo de Pascua. Sin embargo, muchos católicos son conscientes de que en el relato de la muerte y resurrección de Jesús no hubo ningún conejo involucrado, entonces ¿de dónde viene la tradición?

Esto se debe a que, en realidad, la costumbre de los huevos y los conejos no viene ni del judaísmo ni del cristianismo, sino que de una celebración pagana. Esto se debe a que en el hemisferio norte la Semana Santa calza en el calendario con la llegada de la primavera.

Una celebración con origen pagano

Según consigna The Independient, la Semana Santa calza con la Pascua Judía, además de la celebración pagana por la primavera, equinoccio y la llegada de Ostara, diosa celta de la primavera y la fertilidad. 

La diosa era conocida por traer diferentes simbolismos relacionados a la fertilidad como las cigüeñas, los nidos con huevos de aves y, precisamente, las liebres por su gran capacidad de reproducirse.

La diosa Ostara llegando a la tierra con liebres y aves a su alrededor.
Wikipedia Commons

Entonces, los anglosajones germanos celebraban en abril el Eosturmonath, que fue evolucionando al Ostern de Alemania y al Easter en inglés, para conmemorar la muerte del dios del invierno y la llegada de Ostara. 

De hecho, algunas de las personas que defendían esta hipótesis de la costumbre pagana fue Jacob Grimm, uno de los dos hermanos más populares por sus cuentos infantiles. Y es que, en 1985, Grimm escribió un libro sobre mitología alemana llamado Deutsche Mythologie, en el que incluía a Ostara, según consignó Publimetro Perú.

Además del simbolismo de la fertilidad, existe una leyenda en torno a la diosa Ostara. En ella, se cuenta que la diosa de la primavera demoró en llegar y encontró a un ave con las alas congeladas. Para salvarle la vida, decidió ponerle piel y convertirla en una liebre. Pero como en esencia era un ave, aún podía poner huevos.

La leyenda fue adaptada por los alemanes, quienes decían a los niños que la liebre en primavera les dejaría regalos y huevos de colores en sus sombreros si se portaban bien.

De acuerdo a ABC, justamente en las vísperas del domingo de resurrección el norte de Alemania celebra con las llamadas “hogueras de Pascua”. En ellas, vecinos, familiares y amigos se reúnen a quemar ramas de arbustos y de árboles para ahuyentar el invierno y traer abundancia en la primavera.

De celebrar la primavera a festejar la resurrección

Según NatGeo, el huevo era un simbolismo común en torno a la vida, no sólo en el mundo pagano, sino que también en el hinduismo, en la mitología egipcia y mucho más.

Fue así que los primeros cristianos consideraron al huevo como un símbolo de la resurrección de Jesús. Entonces, durante la Edad Media, se realizó la costumbre con celebrar con huevos de gallina o pato, considerándolos un festín típico de la fecha para traer el regocijo y la vuelta a la alegría.

Un conejo de chocolate y huevos de pascua.
George Dolgikh | Pexels

“El huevo de Pascua representa la fertilidad, la perfección, la vida y la resurrección, pero también el conejo lo hace como símbolo fértil. Este encarna la capacidad de reproducción, la alegría de vivir y la curiosidad ante la vida”, señaló en conversación con DW  Karin Bürkert, profesora de la Universidad de Tuebingen en el Instituto Ludwig-Uhland de Ciencias Culturales Empíricas.

De acuerdo a la experta, el conejo de Pascua apareció por primera vez en las mismas regiones en las que apareció también el árbol de Navidad, mostrando un ejemplo de cómo poco a poco fue mutando la costumbre alrededor del mundo.