El Betis de Manuel Pellegrini hizo bueno el pronóstico y consiguió la clasificación para los octavos de final de la Copa del Rey al vencer por 0-2 a un Murcia que dio la talla ante 31.436 espectadores, récord histórico de afluencia de público a un partido en la región.

El cuadro murcianista salió volcado y en 20 segundos ya generó su primera ocasión de peligro, con un remate de Cristo Romero que despejó con la cabeza Ángel Ortiz cuando el balón iba a portería.

El Betis replicó con un disparo lejano y desviado de Sergi Altimira en el minuto 2 y con un testarazo de Ángel García en posición forzada. No se había cumplido un cuarto de hora y el dominio era claramente de los de Sevilla.

Chimy Ávila también lo probó pero sin puntería y, en el minuto 29, un disparo de Cucho Hernández lo tocó con su brazo derecho Alberto González dentro del área. El propio delantero colombiano batió a Diego Piñeiro en el lanzamiento del penal a pesar de que el portero estuvo cerca de llegar al esférico.

La reacción de los de Colunga fue inmediata y acumularon muy buenas oportunidades para haber nivelado la contienda antes del descanso.

El Murcia merecía no irse al descanso por debajo en el marcador pero pudo ser peor porque un disparo de Nelson Deossa, que tocó en Alberto González, no entró en la portería ‘grana’ por centímetros.

Pellegrini realizó un doble cambio en el descanso. En los locales Antonio David Moreno suplió a Sekou Djanbou.

Los de la capital del Segura, animosos, insistieron con su ataque pero costándole más crear peligro y, conforme fueron transcurriendo los minutos, el Betis acumuló más posesión de balón e impuso su calidad en el pase.

Ya con Héctor Pérez y Agim Zeka sobre el terreno de juego, el Murcia pasó a defender con orden y a intentar contragolpear. No obstante, fue el visitante Deossa el que, con un chut lejano que blocó Diego Piñeiro, estuvo más cerca del gol.

Colunga agotó sus cambios con Isi Gómez y Joao Pedro Palmberg pero fue uno de los relevos del Betis, Antony, el que creó peligro con un tiro que obligó a intervenir a Diego Piñeiro.

Y en la siguiente acción reseñable, en el minuto 85, en una acción de mala fortuna para los locales llegó la sentencia. Aitor Ruibal disparó y Diego Piñeiro evitó el tanto en primera instancia para luego, en el despeje, Héctor Pérez estrellar el balón en el guardameta, que acabó metiendo el cuero en su marco.