A menudo relacionamos el nombre de Joseph Stalin con guerra, totalitarismo, comunismo y masacre hacia su pueblo. Aquel fue un líder socialista temible, quien a juicio de muchos ganó la guerra por ser implacable y tener un temple de acero, aunque eso trajera desgracia a su pueblo.

Lo que muy poca gente sabe es que Stalin desde muy pequeño debió convivir con un entorno bastante desfavorable, el cual forjó una personalidad temida por muchos en años posteriores. Sin ir más lejos, los historiadores más “benévolos” estiman que en su gobierno hubo 1,5 millones de ejecuciones y cinco millones de víctimas de los gulags soviéticos.

Este líder comunista nació en 1878 en una localidad de Georgia (provincia de la URSS) llamada Gori, la cual vivía de la actividad agrícola y ganadera por esos años.

Allí, Iósif Vissariónovich Dzhugashvili -en el futuro conocido como Stalin- creció junto a un padre sin mucha educación, alcohólico y violento. Mientras que su madre quería convertirlo en una persona que él no deseaba ser.

Según detalla el medio español ABC, su progenitor fue un hombre llamado Vissarión Dzhugashvili, un zapatero alcohólico del pueblo que tenía una pésima relación con su familia, ya que solía agredir a su esposa e hijo de forma frecuente.

Los padres de Stalin | Wikiemedia Commons
Los padres de Stalin | Wikiemedia Commons

El historiador Simon Sebag Montefiore, autor de uno de los libros biográficos del líder totalitario, explica que Vissarión era un hombre que buscaba que sus clientes le pagaran su trabajo con botellas de vino, por lo que generalmente llegaba a casa borracho y a violentar a sus parientes.

Las golpizas hacia su hijo eran recurrentes y el niño vivía en constante estado de angustia y ansiedad por enfrentar a su padre por las noches. Su madre solía defenderlo cuando el hombre arremetía contra el pequeño, aunque generalmente esto le costaba también ser golpeada.

Pero, ¿De dónde venía todo este odio? Por esos años Vissarión Dzhugashvili vivía con la idea de que su mujer le había sido infiel con otro hombre del pueblo, por lo que consideraba que Joseph no era hijo suyo y lo trataba de “bastardo”.

Un día el hombre dio una golpiza tan grande al niño que éste llegó a orinar sangre. En aquel momento, su madre se dio cuenta de que debía abandonarlo, debido a que la vida de ambos peligraba.

Según narra Simon Sebag Montefiore, antes de que eso ocurriera el pequeño Stalin atacó una vez a su padre con un cuchillo. Si bien no le provocó daño alguno, aquella fue la única advertencia del menor hacia su progenitor; tras eso nunca más se volvieron a ver.

La madre de Stalin fue Yekaterina Gueladze, una campesina ortodoxa que quería que su hijo ingresara a estudiar a alguna institución religiosa para convertirse en pope (obispo).

Stalin en la adolescencia | WIkimedia Commons
Stalin en la adolescencia | WIkimedia Commons

La mujer abandonó la casa junto a su hijo y emprendieron una nueva vida juntos, lejos de Vissarión. Ella inició una serie de trabajos en campos cercanos al pueblo y con mucho esfuerzo logró darle mejores oportunidades a su hijo.

De acuerdo al detalle del diario español El Mundo, Stalin ingresó a una institución denominada Seminario Teológico de Tiflis, donde inició una formación religiosa bastante estricta.

No obstante, ya en la adolescencia el hombre desarrolló un carácter bastante agresivo, por lo que era común verlo involucrado en peleas callejeras o incluso dentro del seminario. Por esos años adquirió el apodo de “Soso”, debido a que reaccionaba mal ante las provocaciones.

A eso se sumaba que Stalin tenía una salud bastante débil. Muchos historiadores concuerdan en que “si había una enfermedad en el ambiente, era el primero en cogerla”. Debido a eso pasaba semanas enteras haciendo reposo o internado en hospitales.

En concreto, Joseph nació con una malformación llamada “sindactilia” (la fusión de dos o más dedos entre sí) en su pie izquierdo, además padeció enfermedades como sarampión y escarlatina.

Sin embargo, lo que le produjo mayores problemas fue padecer viruela cuando tenía 15 años. Aquella enfermedad lo dejó con manchas en su cara que lo acomplejaron hasta la adultez, incluso luego de convertirse en líder de su país.

Stalin en su juventud | Wikimedia Commons
Stalin en su juventud | Wikimedia Commons

Por otra parte, Stalin en aquellos años mostraba altas aptitudes académicas dentro del seminario, lo que se sumaba a una gran creatividad para solucionar problemas. Fue así como se convirtió en el favorito de muchos profesores, aunque su comportamiento fuera de clases era bastante caótico.

En esos años el joven solía estar involucrado en severas peleas entre pandillas enemigas, lo que le trajo muchos problemas entre sus profesores y su propia madre, quien constantemente le reprendía mediante golpes para hacerlo reaccionar.

Según detalla el citado medio, por esos años el carácter del futuro líder era tan determinado que incluso llegó a ser llamado como “Koba” (Invencible). A eso se sumó que hacia 1897 comenzó a leer libros que hacían alusión a la revolución.

Aquellas lecturas hicieron que su ateísmo fuera en aumento y generó odiosidades dentro del seminario. Todo eso terminó el día en que fue expulsado de la institución y se produjo el quiebre con su madre, quien nunca más le volvió a hablar.

Ya en 1898 Stalin se unió al Partido Ruso Social Demócrata de los Trabajadores en Tbilisi, donde comenzó una carrera meteórica en el campo de la política y desarrollando un odio extremo hacia los zares de la época.

Nunca más supo de su padre

Con el paso del tiempo Stalin dejó su natal Georgia en pos de hacer carrera dentro del partido revolucionario, cuyo proceso logró derrocar al zar Nicolás II en 1917, quien moriría fusilado junto a su familia tiempo después.

De acuerdo al detalle de la BBC, el futuro líder de la URSS nunca perdonó a su padre por las palizas que le dio durante su infancia. Con su madre tampoco tuvo una relación estrecha en el futuro, aunque no había odio involucrado.

Tal fue el desprecio que Stalin sintió hacia su progenitor que en varias ocasiones llegó a decir que en realidad él era el hijo de un cura de su pueblo, desligándose completamente de la figura de Vissarión Dzhugashvili.

Stalin y su hija | Wikimedia Commons
Stalin y su hija | Wikimedia Commons

Esta falta de relación hizo que, hasta el día de hoy no haya certeza respecto a cómo fue el final que tuvo aquel hombre, de quien dicen que fue alcohólico hasta el día de su muerte.

Stalin tuvo una hija, Svetlana Alilúyeva, quien por mucho tiempo indicó que su abuelo murió durante una pelea de borrachos en una taberna hacia 1912, mucho antes de que estallara la revolución en aquel país.

Por su parte, el historiador Simon Sebag Montefiore sostiene que Vissarión murió el 12 de agosto de 1909 en el hospital Mijailovski de la ciudad de Tiflis, producto de tuberculosis y neumonía. Su entierro habría sido en una fosa común.

Mientras que Yekaterina Gueladze murió el 4 de junio de 1937 en Tiflis y las causas de su deceso habrían sido naturales.

Por su parte, Stalin sucedió a Lenin al mando de la URSS hacia 1924, comenzando un régimen con implacable “mano dura”, el cual se extendió hasta 1953.