A poco más de 100 kilómetros al sur de Temuco, se encuentra la localidad de Lican Ray, un pequeño y turístico poblado de 2.169 habitantes, cuyo nombre significa “flor de piedra” en lengua mapuche.

Emplazado en la ribera norte del lago Calafquén, el pueblo forma parte de la comuna de Villarrica, en la región de La Araucanía.

Si bien anualmente recibe a miles de turistas, especialmente en el verano, la mayoría pasa por alto el origen del nombre que recibe este poblado, el que esconde una interesante leyenda.

¿Quién fue Lican Ray? ¿Por qué el pueblo recibe su nombre?

Para conocer su historia, debemos remontarnos a la época de la conquista, la que comienza con la llegada de Pedro de Valdivia a Chile en 1540.

Durante aquellos años, existía un poderoso cacique que tenía una hija que llamaba la atención de todos por su belleza y juventud.

Tal como recoge el libro Secretos y tradiciones mapuches, durante años el cacique Curilef cuidó celosamente que nadie de su círculo de confianza intentara acercarse a la muchacha.

Si bien eran muchos los que se acercaban para pedir su mano, el mapuche siempre se negó a esto. Sin embargo, la llegada de los españoles cambió el destino de la heredera.

Una mañana, la joven fue al lago Calafquén para bañarse. Estaba en las tranquilas aguas cuando de pronto un español quedó flechado por su belleza.

Aunque en un primer momento Lican Ray intentó escapar, el conquistador trató -por todos los medios- de hacerle entender que no venía con malas intenciones.

Sin importar que no hablaran el mismo idioma, el destino quiso que pudieran entenderse. Y no sólo eso, ya que comenzaron a verse seguidamente en el mismo lugar durante varias semanas.

Según menciona Mayo Calvo en su obra Secretos y tradiciones mapuches, el español y la princesa terminaron enamorándose perdidamente y durante meses debieron ocultar su romance.

Pero un día no aguantaron más y, debido al peligro que corrían -si eran descubiertos, ambos sufrirían una terrible muerte-, optaron por escapar.

El osado plan lo llevaron a cabo bajo un anochecer de Luna Llena. Se subieron en una balsa para huir hasta un islote, en donde consumaron su amor. Todo esto ocurría mientras por orden de Curilef se buscaba intensamente a la pareja.

Fueron dos días en los que el español y Lican Ray dieron rienda suelta a sus deseos más carnales, mientras los lugareños rastreaban intensamente la zona para dar con su paradero.

Según cuenta la historia, al tercer día el frío era tan intenso que la pareja prendió una fogata, la que fue divisada por los mapuches. Mediante balsas, comenzaron a dirigirse hacia el lugar en que estaba Lican Ray, quien alcanzó a huir nuevamente con su amor hacia otra isla.

Lago Calafquén | Google Maps
Lago Calafquén | Google Maps

Durante su niñez, la princesa fue cuidada por una machi, quien al enterarse de su desgracia, decidió ayudarla lanzando una maldición. De esta manera, quien tocara la balsa en la que escapaba la muchacha, se transformaría de inmediato en una isla.

Fue así como a través del lago Calafquén la pareja fue escapando, hasta que finalmente se dirigieron hacia el mar, perdiéndose para siempre, sin dejar rastro.

Periódicos como La Cuarta señalan que los habitantes de Lican Ray afirman que en las noches de Luna Llena, es posible escuchar la voz de una mujer en el lago.

Y no sólo eso, ya que además hay quienes sostienen que aún circula por las islas del Calafquén la silueta de una pareja durante las madrugadas.

Así que ya lo sabes, la próxima vez que vayas a Lican Ray, tendrás un detalle en el cual fijarte.