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Fue en 2013 cuando el fotógrafo italiano Emanuele Satolli viajó hasta Ekaterimburgo, en Rusia, para reunirse con adictos a una poderosa droga y así dejar un registro de sus devastadores efectos.

Considerada como un sustituto barato de la heroína, el krokodil -o desomorfina- es una de las sustancias más peligrosas en la actualidad. Apareció en el mercado negro ruso a comienzos de 2000, y rápidamente se hizo popular entre cientos de adictos alrededor de todo el país. Se propagó especialmente en áreas industriales y pobres.

Esta droga provoca serias lesiones en la piel de los adictos, dejándola en un tono verdoso y con un aspecto escamoso, similar a la de los cocodrilos.

Time
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Recientemente Satolli regresó para saber cómo estaban los adictos actualmente, tres años después de haberlos conocido. “Yo esperaba que algunos de ellos ya estarían muertos”, comentó el fotógrafo en la revista Time. “Pero no pensé que serían tantos”, agregó.

De los diez adictos al krokodil que Satolli entrevistó, tres han muerto mientras que cuatro permanecen desaparecidos. Muchos asumen que están fallecidos.

Sólo tres de los adictos que conoció aún permanecen vivos. Uno de ellos está internado en un hospital por tuberculosis mientras que una de las jóvenes, llamada Oxana, está postrada en cama desde hace dos años debido al debilitamiento que el krokodil le produjo en los músculos, lo que irónicamente le ha permitido alejarse de la droga.

“Al principio yo quería (consumir krokodil). Soñaba con eso todas las noches”, admitió Oxana.

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“Todos estaban en la heroína. Pero después empezaron a usar krokodil porque la buena heroína desapareció. Si había algo, era muy cara y de mala calidad. Y el krokodil es barato”, precisó la joven.

Su masificación se ha visto impulsada por lo sencillo que resulta obtenerla: los adictos aprenden fácilmente a prepararla usando ingredientes que consiguen en farmacias.

Pero el daño que causa en muchas ocasiones es irreversible. La piel de la zona en que se inyecta se pudre, mientras que los tejidos del cerebro y otros órganos vitales se dañan severamente.

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De acuerdo a un artículo del periódico español ABC, generalmente se requiere de intervenciones quirúrgicas de “extrema complejidad” para tratar las heridas de los adictos, y en muchas ocasiones los médicos han tenido que realizar extirpaciones de las principales venas en los brazos o piernas, injertos de piel o incluso amputaciones.

El krokodil es una droga que es hasta diez veces más fuerte que la heroína, pero además es mucho más barata y tóxica. Se obtiene a partir de la combinación de pastillas a base de codeína, diluyente de pintura, líquido para encendedores, bencina, ácido clorhídrico, fósforo rojo y yodo.

The Daily Mail
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La corta duración que tiene el efecto del krokodil en las personas ha hecho que los adictos se inyecten varias veces al día, aumentando el daño. Mientras la heroína puede hacer efecto por varias horas, el krokodil dura entre 90 minutos y 2 horas.

El grado de daño en los tejidos que produce es tal, que la expectativa de vida de los adictos es extremadamente baja (entre 2 y 3 años).