Pesadilla en Elm Street (1984) es una de las películas de terror más emblemáticas de todos los tiempos. La cinta, dirigida por Wes Craven, tiene como principal antagonista a Freddy Krueger, un violento asesino que acecha a sus víctimas dentro de sus sueños, haciendo que dormir se transforme en un peligro.

Aunque la trama parecía de lo más fantasiosa, su creador reveló que se inspiró en una perturbadora historia real. Craven concibió este film tras leer una serie de artículos periodísticos de Los Angeles Times, que contaban el caso de un grupo de inmigrantes asiáticos que comenzaron a tener horribles pesadillas que las llevaba a negarse a dormir y cuando por fin volvían a conciliar el sueño, morían inexplicablemente.

Tal como explicó Craven a la revista Cinema Fantastique, tenía la idea de diseñar un psicópata verdaderamente atemorizante para una nueva cinta y sin esperarlo, encontró inspiración en el mundo real.

“Quería hacer algo que estuviera atado a lo más profundo de nuestro subconsciente. Yo tenía una trayectoria anterior en el mundo académico (había estudiado psicología en la universidad John Hopkins), así que había ciertas cosas que conocía”, comentó en esa ocasión.

Fue así como el cineasta tomó elementos de de la psicología freudiana y junguiana y los mezcló con lo que leyó en el diario, dando como fruto a un monstruoso asesino que vivía en el subconsciente de sus víctimas.

Freddy Krueger
Freddy Krueger

La verdadera historia

¿Pero, qué le ocurrió realmente a quienes murieron en sus sueños en la vida real? Según revela el portal Gizmodo, sufrieron algo conocido como síndrome de muerte súbita inesperada.

Los relatos leídos por Craven abordaron el caso de alrededor de un centenar de individuos asiáticos, de sexo masculino principalmente, jóvenes y sanos, que murieron en sus sueños y cuyas autopsias no revelaron anomalía alguna en su organismo.

Se trataba de un grupo de inmigrantes de la etnia conocida como Hmong o Miao, quienes llegaron a Estados Unidos escapando principalmente de Laos, donde eran perseguidos hasta la muerte.

Cuando Vietnam atacó a Laos -uno de los principales puntos de residencia de los Hmong- los nombró “enemigos prioritarios” y comenzaron a matarlos. Esto, en respuesta a que muchos jóvenes de la etnia habían combatido anteriormente a favor de Estados Unidos -su principal adversario- a cambio de promesas de una mejor vida. Fue así como muchos miembros comenzaron a huir hacia otras partes del mundo, incluyendo EEUU, donde se les otorgó el estatus de “refugiados políticos”.

shearsha
Hombre Hmong | Shearsha (CC) Flickr

Cuando llegaron a Norteamérica la vida se tornó difícil para esta etnia, que apenas hablaba inglés y enfrentó un tremendo choque cultural. Lo peor fue que cuando comenzaban a adaptarse a esta sociedad tan distinta, algunos de ellos comenzaron a morir en sueños.

Según Gizmodo, el primer caso que se conoció ocurrió en 1977 en el Condado de Orange. Allí, Ly Houa -un hombre trabajador y de buen estado físico- falleció inexplicablemente. Ese fue el comienzo de la decena de muertes de la misma naturaleza.

En el transcurso de 5 años, más de una veintena de inmigrantes Hmong jóvenes y saludables habían muerto de manera similar. De acuerdo a los testigos, antes de morir estas personas gemían y parecían desesperadas en medio de sus sueños. Esta situación comenzó a alarmar a los miembros de la etnia, quienes veían como muchos de ellos morían de manera tan extraña.

Ante el desconcierto, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos comenzaron a realizar investigaciones, para lograr determinar las causas. Insuficiencias cardíacas, consecuencias de los ataques con gas sufridos por el pueblo, estrés o miedo extremo, eran algunas de las opciones que se barajaban.

Luego, aparecieron otros casos en Asia no relacionados con los Hmong y que involucraban a japoneses, filipinos y singapurenses. De hecho, había investigadores que afirmaban que 500 nipones habían muerto en años anteriores por causas similares, repitiendo el mismo patrón: jóvenes sanos -menores de 35 años- que morían en el sueño. Asimismo, llegó a determinarse que 43 de 100 mil hombres filipinos eran propensos a morir de esta manera.

A esto se sumaba un estudio que mostró que unos 200 hombres tailandeses murieron entre 1982 y 1989 de manera similar. Esto llevó a que se formularan varias explicaciones basadas en la mitología y lo paranormal, que hablaban de monstruos y brujas que paralizaban a sus víctimas en los sueños.

Ya a mediados de los 80 había 116 casos de hombres Hmong residentes en Estados Unidos que murieron por la llamada síndrome de muerte súbita inesperada.

Las posibles causas

Luego de muchos análisis y el seguimiento médico a 3 hombres de la etnia que lograron sobrevivir gracias a reanimación cardiopulmonar oportuna, se descubrió que estas muertes pudieron ser provocadas por arritmias ventriculares -cuyo origen se desconocía- que llevaron al paro cardíaco.

De acuerdo a un estudio publicado por el patólogo Roy Gibson en 1988, estas personas habrían padecido problemas hereditarios que impactaban en los tejidos que transmiten señales eléctricas, consigna Gizmodo, añadiendo que estos defectos no solían ser un problema la mayor parte del tiempo, pero cuando la persona estaba sometida a mucho estrés podían causar la muerte.

Más adelante, ya en 1992, los cardiólogos Pere y Josép Brugada pudieron identificar el riesgo de síndrome de muerte súbida inesperada a través de electrocardiogramas.

De este modo, cuando detectaban un paciente en peligro, le instalaban un aparato llamado desfibrilador cardioversor, que era capaz de emitir un impulso eléctrico en el corazón cuando este presentaba la falla, evitando el paro cardíaco.

University of Utah Health Care
University of Utah Health Care

Aunque todavía no está totalmente claro porqué el pueblo Hmong tuvo tantas víctimas por este problema, se cree que el factor hereditario sumado al sufrimiento pasado de la tribu y el choque cultural posterior que debieron vivir al llegar a Estados Unidos, desencadenó en un estrés severo que los llevó a presentar estas arritmias fatales.