Pasé a tocar el WC de un baño público, me equivoqué de cepillo de dientes y utilicé otro, o se me cayó al suelo la el sandwich que acababa de preparar.

Hay situaciones que nos ocurren de vez en cuando que nos hacen dudar higiénicamente hablando, pero el sitio Buena Vida del medio español El País, despejó varias de estas inquietudes.

Revísalas a continuación.

1. Sentarnos en un baño público

“Una persona sana que entre en un aseo público que mantenga unas condiciones de higiene normales, tiene una probabilidad bajísima de sufrir una infección [se siente o no]”, explicó a Buena Vida el bacteriólogo Miguel Vicente.

2. No lavarse las manos

Te aconsejamos dejar a un lado la prisa y no olvidar lavarte las manos antes del salir del baño ya que según explica el experto ya que als probabilidades de contraer una infección son mayores.

“Gran parte de las infecciones intestinales se transmiten por vía digestiva, con los alimentos contaminados o con la suciedad de nuestras manos si han entrado en contacto con las heces de un enfermo” explicó el experto.

3. “Se cayó el “tete” del bebé y no lo lavé”

Si es tu caso, y con tantas cosas que debes hacer se te cae el chupete de tu hijo al suelo no es necesario que lo elimines y compres uno nuevo, ponerlo bajo un chorro de agua basta.

Francisco Guarner, presidente de la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos explicó a Buena Vida que no debemos abusar de la esterilización cuando no hay un poco patógeno en la familia. Esto quiere decir que mientras no haya un enfermo, no es necesario exagerar con la limpieza del objeto recién caído.

El País

4. “Se me cayó al suelo el sandwich que recién preparé”

Al menos que se te haya caído en la tierra, no debes exagerar y puedes comértelo igual.

Jesús Rodríguez Huertas, director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada explica que ingerir algo que acaba de tocar el suelo no tiene mayor importancia. “El ser humano tiene contacto diario con bacterias y polvo” dijo y si eres de aquellos/as que siempre mantiene el aseo, no deberías por preocuparte.

5. “Usé el cepillo de dientes de otra persona”

Usar el cepillo de dientes de alguien más debería preocuparte ya que a través de este objeto se contagian herpes y hepatitis C, sobre todo cuando hay sangrado de encías. Algo similar ocurre si se comparte la máquina de afeitar.

“Hay microorganismos que no se transmiten por un beso, pero sí al lavarse los dientes con un cepillos que no es el suyo” explicó Moisés Robledo, secretario de información de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

6. “Una mosca se puso en mi comida”

No hay nada más desagradable que una mosca se ponga sobre nuestra comida y arruine nuestro plato.

“Si nos comiéramos una mosca limpia, no nos pasaría nada” dijo María Ángeles Marcos García, catedrática de la Universidad de Alicante y directora del Instituto Universitario CIBIO, el problema es que las moscas acostumbran a estar en la suciedad por lo que depositan estos elementos en el plato.