Para nadie es sorpresa que los zoológicos chilenos han sido otros de los “grandes afectados” por la crisis del coronavirus. La ecuación para entender esto es bastante simple: no han registrado ingresos por visitas desde marzo y sus costos operativos (alimentación de animales, salud, seguridad, manutención, sueldos y demases) no han bajado.

En este contexto, la agencia Reuters dio cuenta de la delicada situación que se está viviendo en el Buin Zoo, uno de los principales parques zoológicos y centros de rescate de fauna silvestre del país, el cual vive una crisis sin precedentes.

En entrevista con Ignacio Idalsoaga, director del recinto, se calificó esto como un “año desolado” para el lugar, ya que por las medidas sanitarias no han podido ingresar visitantes.

En este sentido, Idalsoaga sostuvo que incluso están necesitando de personas que apadrinen a los animales del Buin Zoo, teniendo en cuenta que los costos mensuales para la alimentación llegan a los 400.000 dólares, algo así como 303.960.000 pesos chilenos.

En este sentido, el desglose indica que 2.500 animales consumen 400 kilos de manzanas y 1.000 kilos de pescados por semana, 2.500 kilos de carne de vacuno por mes y 7.200 fardos de avena y alfalfa al año, entre otros productos.

“Las cantidades son bastante impresionantes. Hay muchas bocas que alimentar”, sostuvo.

Según detalló el directivo, la crisis del centro inició durante octubre del año pasado, con el denominado “Estallido Social”, aunque alcanzó una profundidad mayor con la llegada de la pandemia a Chile y el inicio de las medidas restrictivas.

No obstante, destaca, el centro comienza a ver una “luz al final del túnel”, ya que tiene planeado reabrir sus puertas este próximo 29 de septiembre, con un nuevo protocolo de seguridad sanitaria.

Es por eso que llaman a que más personas se sumen como “padrinos” de los animales que allí viven. De acuerdo a la información del zoológico, las personas pueden pagar desde 2.500 hasta 90.000 pesos para recibir fotos, certificados, archivos educativos, peluches de animales “emblemáticos” y entradas para la reapertura.

“Es una institución agradable que hace mucho bien a los niños y trata bien a sus animales, por lo que nos entristeció verlos luchar”, indicó un profesor llamado Carlos Casanova, quien es padrino del lugar.

Hay que señalar que Buin Zoo debió suspender un proyecto para ampliarse y ofrecer un safari, para lo cual habían comprado un terreno colindante de nueve hectáreas. Se esperaba que aquello estuviera operativo en tres años, pero los plazos de alargaron.