¿Alguna vez fuiste a una terapia psicológica y luego de un tiempo sentiste que no conseguías un avance, o una mejora?
Dependiendo del nivel de confianza que tuvieras con tu terapeuta, quizás optaste por abandonarla a mitad de camino o continuaste hasta recibir el alta.
En cualquier caso, puede ser que en ese proceso te hayan surgido dudas sobre qué hacer al respecto, en torno a cómo comunicar una insatisfacción. En BioBioChile conversamos con la psicóloga y jefa de Salud Mental de Clínica Bupa, Ester Laherrán Cantera, quien entregó diferentes tips a tener en cuenta.
¿Qué puedes hacer si sientes que tu terapia psicológica no está funcionando?
Un primer consejo es hablar abiertamente con el o la psicóloga y plantear que no se está conforme con el progreso o la forma en que se está llevando la terapia.
“Una de las cosas más importantes en terapia es expresar preocupaciones. O sea, cuando tú vas a una consulta, una de las cosas mejores es expresar cómo te sientes, y puedes decir algo así como ‘siento que no estoy avanzando como esperaba’ y ahí el terapeuta puede ajustar el enfoque”, explica Laherrán, añadiendo que a partir de esa interacción la persona a cargo de la terapia puede proponer nuevas estrategias.
En ese sentido, la psicóloga enfatiza en que es necesario que exista un “buen vínculo de confianza” entre ambas partes para que la terapia progrese. De todos modos, una opción válida es consultar una segunda opinión, tal como se puede hacer con otras áreas de la salud.
Otra idea es que el propio paciente evalúe las expectativas que tiene de la terapia, ya que, según señala Laherrán, en ocasiones, estas pueden no coincidir con “el tiempo o el esfuerzo necesario para ver resultados. La terapia puede ser un proceso gradual y en algunas áreas requiere más tiempo o más trabajo, entonces yo creo que algo muy importante es hablar con el terapeuta sobre los objetivos”.
Sobre esa línea, cabe destacar que el esfuerzo que el paciente pone en la terapia también es relevante. Al respecto, la experta indica que “la terapia no solo ocurre durante las sesiones. No por ir una hora semanal con mi psicólogo, voy a cambiar. Es importante también reflexionar sobre si las tareas asignadas o los cambios sugeridos están siendo implementados en mi vida diaria”.
Si los tres puntos expuestos anteriormente no son suficientes, una alternativa válida es cambiar de enfoque. “Si el enfoque terapéutico actual no parece adecuado, se pueden explorar otros métodos. Por ejemplo, alguien que está trabajando con terapia psicoanalítica y que lleva mucho tiempo en consulta, que es muy largo, que es demasiado profundo, podría cambiarse a terapia cognitivo conductual, porque es más corto y no es tan profundo”, señala.
De lo contrario, si nada de ello aplica a tu situación y el ritmo de terapia que deseas, “cambiar de profesional es una opción muy válida”, sostiene la experta en el área.
“Yo creo que si tú me preguntaras qué es lo más clave, pues es fundamental encontrar a alguien con quien el paciente se sienta cómodo y apoyado, pero también es muy importante recordar que la terapia es un espacio colaborativo. Expresar las inquietudes y expresar cómo te sientes en consulta es parte del proceso”, concluye.