Un estudio hecho en Sudáfrica indico que quienes se contagiaron por Ómicron crean una mayor inmunidad contra la variante Delta. Sin embargo, quienes pasaron por la variante Delta no darían esa protección a la nueva variante.

La infección con la variante Ómicron del SARS-Cov-2 crea una respuesta inmunitaria neutralizante contra Delta, lo que puede hacer que la reinfección con esta última sea menos probable.

Si esa menor capacidad de Delta para infectar a quienes hayan pasado Ómicron se une a los datos que indican que la nueva variante, en este momento, es menos patógena, este resultado puede tener implicaciones positivas en términos de disminución de la carga de COVID-19 de la enfermedad grave.

El líder del estudio, Alex Sigal, del Instituto de Investigación Sanitaria de África (Sudáfrica), indicó que si “Ómicron resulta ser menos patógeno, esto puede mostrar que el curso de la pandemia ha cambiado”. “Ómicron tomará el control, al menos por ahora, y puede que tengamos menos trastornos en nuestras vidas”, apuntó.

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El estudio

La investigación se realizó con una pequeña muestra de pacientes y fue publicada en el repositorio MedRxiv, en un texto que espera la revisión de otros expertos.

Las infecciones con Ómicron se están expandiendo rápidamente en todo el mundo, incluso frente a los altos niveles de casos de delta y todavía no está claro cómo interactuarán estas dos variantes.

“El aumento de la neutralización de la variante delta en los individuos infectados con ómicron puede dar lugar a una disminución de la capacidad de delta para reinfectar a esos individuos”, dijo Sigal.

El estudio analizó el plasma de 15 personas previamente vacunadas y no vacunadas que pasaron el COVID-19 durante la gran ola de infecciones en Sudáfrica con el surgimiento de Ómicron.

El objetivo era comprobar la capacidad de los anticuerpos de controlar a ambas variantes en el laboratorio, lo que se conoce como prueba de “neutralización”, la cual se realizó cerca del momento en que tuvieron los primeros síntomas y catorce días después.

Como se esperaba, los resultados muestran una respuesta de anticuerpos en desarrollo frente a Ómicron, con una neutralización que se multiplicó por 14 durante este tiempo.

Pero además se vio que desarrollaron una mayor inmunidad contra la variante Delta, con un aumento de la neutralización de esta última de 4,4 veces.

El estudio también indica que los participantes vacunados fueron capaces de montar una mejor respuesta neutralizante contra Delta, mientras que la respuesta en los no vacunados fue más variable.

Con solo un orden

Por el contrario, señala el estudio, Ómicron no logra la inmunidad neutralizante provocada por Delta y, por tanto, puede reinfectar a los individuos ya infectados por esta.

Estos resultados son coherentes con el hecho de que Ómicron esté desplazando a Delta, ya que puede provocar una inmunidad que neutraliza a esta última.

Las implicaciones de este desplazamiento dependerían de si Ómicron es realmente menos patógeno que Delta. “De ser así, la incidencia de la enfermedad grave COVID-19 se reduciría y la infección podría desplazarse para ser menos perturbadora para los individuos y la sociedad”, concluyen los autores.