En caso de paro cardíaco, las medidas de reanimación pueden salvar vidas. Pero pocas personas reciben esos primeros auxilios. Y las mujeres las reciben con menos frecuencia que los hombres, según un estudio. ¿Por qué?

Una mujer se desmaya en plena calle. Algunas personas que pasan por allí quieren ayudarla, pero la mujer está inconsciente y no responde. Jadea, respira pesada e irregularmente. Alguien llama a la ambulancia.

Entre el inicio de la llamada y la llegada de la ambulancia pasan valiosos minutos, que deciden entre la vida y la muerte, y si el cerebro sufrirá daños graves y permanentes. Los primeros auxilios con compresión torácica y respiración boca a boca, la reanimación cardiorrespiratoria, pueden ser clave. Si se los aplica de inmediato, las posibilidades de sobrevivir se duplican, e incluso triplican.

Pero, según un estudio actual realizado en Estados Unidos y Canadá, solo cerca de la mitad de todos los pacientes de emergencia con paro cardíaco reciben una reanimación cardiopulmonar de las personas que están en el lugar cuando se descomponen.

Además, los investigadores constatan que las mujeres reciben reanimación con menos frecuencia que los hombres, indicó DW.

¿Temor al contacto en la reanimación cardiorrespiratoria?

El equipo de Sylvie Cossette, del Centro de Investigaciones del Instituto Cardiológico de Montreal, estudió los datos de 39.391 pacientes que sufrieron un paro cardiocirculatorio entre 2005 y 2015 fuera de un hospital, en EE. UU. y en Canadá.

Solo el 54% recibió una reanimación cardiorrespiratoria de una persona presente en el lugar. A los hombres se los ayudó más (55%) que a las mujeres (51%) con esas medidas de primeros auxilios.

Si se desmayaban en el espacio público, la diferencia entre sexos es aún mayor: las mujeres que se desplomaban en la calle tenían una posibilidad de recibir primeros auxilios de un 61%. Los hombres, de un 68%.

Los investigadores solo pueden sospechar los motivos de este fenómeno: “Puede ser que la gente tenga miedo de tocar o herir a una mujer. O que piensen que las mujeres sufren un paro cardíaco más raramente que los hombres”, dice Alexis Cournoyer, en un comunicado de prensa sobre los resultados de las investigaciones. Cournoyer es médico de urgencias e investigador en el Hôpital du Sacré-Coeur de Montréal, en Canadá, y realizó el estudio junto con Cossette.

Mujeres y personas de mayor edad con infartos reciben menos primeros auxilios

Otro resultado del estudio de Cossette y Cournoyer fue que, cuanta más edad tenía la persona, menos probable era que recibieran primeros auxilios por parte de las personas en el lugar, al menos en el espacio privado, es decir, en sus viviendas. En este caso, se brindó ayuda menos a las mujeres que a los hombres.

“Nos gustaría investigar mejor esa cuestión para entender qué hay detrás de esas diferencias. Eso podría ayudarnos a asegurar que todo aquel que necesite una reanimación cardiopulmonar la reciba, independientemente de su sexo, edad o lugar de residencia”, indica Cossette en el comunicado.

La mujer que se desmayó en medio de la calle tuvo suerte: una de las personas que pasaba por allí no tuvo temor de tocarla e intervino resueltamente. Le habló a la mujer en voz alta y la sacudió por los hombros. No hubo reacción alguna. Para comprobar si respiraba, puso una mano en la frente, y la otra en la mandíbula de la paciente, y llevó su cabeza hacia atrás. Ese estiramiento hace que se liberen las vías respiratorias.

Cabe destacar que la respiración jadeante de la mujer es un síntoma típico en la primera fase de un paro cardíaco. Entonces es el momento de aplicar las compresiones torácicas como medida central de la reanimación.

La persona que ayuda coloca la palma de una mano en el centro del esternón de la o del paciente, y coloca la segunda mano sobre el dorso de la primera.

Con los brazos estirados, presiona el esternón entre cinco y seis centímetros hacia abajo. Todo tiene que ocurrir rápidamente: el esternón del paciente se presiona hacia la columna entre 100 y 120 veces por minuto. El ritmo de la canción “Stayin’ Alive”, de los Bee Gees, puede ayudarnos a encontrar el ritmo adecuado.

Según un comunicado de prensa de la Fundación Alemana del Corazón, varios estudios han demostrado que interrumpir las compresiones torácicas, por ejemplo, para realizar respiración boca a boca, no es una buena idea.

Cuanto más complicados son los pasos individuales de las medidas de reanimación, menos personas se atreven a utilizarlas en caso de emergencia.

Por lo tanto, es mejor emplear menos medidas, que ninguna. La Fundación Alemana del Corazón recomienda, especialmente a quienes no son profesionales del área médica, no interrumpir las compresiones torácicas dando respiración adicional.

Estudio científico
Este artículo se basa en un estudio científico que puede ser sometido a nuevas pruebas para ser validado o descartado. Sus resultados NO deben considerarse concluyentes.