La conmemoración del Día Internacional de la Mujer nos encuentra con diversas deudas pendientes que arrastramos como sociedad y entre las que figura la paridad de género, una mayor presencia de mujeres en los directorios, la disminución de la brecha salarial, pero por sobre todo nos vuelve la mirada hacia las mujeres con discapacidad.

No es fácil hoy en Chile -ni en ningún otro lado del mundo- ser mujer y presentar discapacidad, lo que se traduce en una doble discriminación. Según la última Encuesta Nacional de Discapacidad y Dependencia (Endide), publicada por el Ministerio de Desarrollo Social, la discapacidad es mayor entre las mujeres que entre hombres, con un 21,9% y un 13,1%, respectivamente, de un universo de 2.703.893 personas. Brechas de género que se observan en todos los grupos etarios y todos los niveles de ingreso, haciendo así más patente esta doble discriminación.

Y es que cuando una mujer con discapacidad sufre un acto de discriminación, a veces puede ser por su condición de discapacidad como por su condición de mujer. Situación en la que se habla de doble discriminación.

Esto las vuelve más propensas a ser víctimas de hechos de abuso o violencia, lo cual repercute en su inserción social completa, relegándolas a condiciones económicas inferiores, acceso más limitado a la educación, imposibilidad de acceder a una atención médica que comprenda salud sexual y reproductiva, además de un mayor riesgo de violencia y abuso, dificultad de acceso a la información, obstáculos en el acceso a servicios y justicia.

Por eso es importante detener la mirada en estas mujeres que son parte importante de nuestra sociedad, que enfrentan dobles barreras para participar del mundo laboral y la sociedad y que desean ser aceptadas como parte de un colectivo feminista que también lucha por el reconocimiento de sus derechos, sólo que esta lucha es el doble.

Doble porque no sólo tiene que luchar por equidad y justicia social, sino porque también deben pelear por conquistar espacios entre sus pares y la sociedad.

Hoy esos espacios están surgiendo. Se están abriendo ventanas desde el mundo público y privado, con cumbres de inclusión laboral para personas con discapacidad que han logrado crear puentes entre las empresas y mujeres talentosas que necesitan de una oportunidad para dejar en el olvido esta doble discriminación.

Paola Ortega, Directora Ejecutiva Expo Inclusión.

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