Señor director:

Prontamente iniciaremos un nuevo año escolar presencial sabiendo que enfrentamos el gran desafío de disminuir el ausentismo y que las niñas y niños que ingresan a prekínder y kínder se adapten a sus escuelas y encuentren allí un lugar al que no quieran faltar.

El regreso a clases podría generar diversos estados emocionales en los párvulos por lo que es fundamental que los equipos educativos estén preparados para recibir, comprender, escuchar y aceptar a cada niño y niña, acompañándolos cariñosamente en este proceso de adaptación.

También será clave desarrollar un clima positivo que genere las condiciones necesarias para que las niñas y niños saquen un mayor provecho de las distintas instancias de aprendizaje y tengan mayores oportunidades para desarrollar las habilidades emocionales y sociales que necesitan para su desarrollo integral.

Invitamos a todos los equipos educativos a sumarse al desafío de hacer de las escuelas un lugar estimulante, en el que las y los estudiantes se sientan queridos y seguros y puedan construir en conjunto relaciones sólidas que serán cimientos para sus aprendizajes y desarrollo.

Por María Virginia López, psicóloga educacional, experta en interacciones pedagógicas, Fundación Educacional Oportunidad.

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioChile