Hace algunos días circuló en redes sociales un par de fotografías que mostraban distintas tortas con la leyenda ‘Te felicito por renunciar’. Y es que pese a la crisis que se vive hoy en todo el mundo, se dice que nunca hubo tantas renuncias laborales, especialmente entre los más jóvenes.

Un estudio de Forbes identifica a la generación Z -aquellos nacidos entre 1995 y 2010-, muchos de ellos recién ingresando al mundo laboral, como un grupo que le otorga gran importancia a sentirse cómodos dentro de sus trabajos ya no únicamente desde un punto de vista económico o salarial.

Ellos quieren sentirse parte, compartir los valores de una empresa éticamente responsable de manera interna y externa, y sentir que desde sus funciones están ayudando a resolver problemas que afectan a la sociedad. Y a diferencia de generaciones anteriores, tampoco están dispuestos a dejar de lado su vida e intereses personales por los requerimientos de las compañías.

Hoy, la nueva modalidad de trabajo se orienta a objetivos y horas, no al cumplimiento de un horario rígido de lunes a viernes. Se puede tener distintos empleadores, porque el futuro ya no se visualiza encadenándose a una misma empresa por veinte años o más.

Ahora son las personas quienes marcan la pauta y no al revés. Las organizaciones dejaron de ser todopoderosas y han debido replantearse cómo actuar en este nuevo escenario. Están obligadas a ofrecer mejores condiciones para la retención de talentos. Si no lo hacen, el mejor trabajador se irá con quien le ofrezca lo que está pidiendo y si no lo encuentra, simplemente buscará en la siguiente compañía. Incluso estará dispuesto a cambiarse de ciudad o país.

Poco a poco, algunas grandes empresas están implementando distintas medidas y soluciones para compatibilizar estas demandas con su oferta. Mejor aún si éstas involucran el uso de la tecnología, elemento que los jóvenes traen incorporado en su ADN.

Un buen ejemplo de esto son los portales web operativos dentro de las compañías, donde cada trabajador puede acceder de manera virtual e instantánea a sus beneficios, permisos, instancias de interacción con los sindicatos y en el caso de aquellas que cuentan con sistemas de turnos como ocurre en la minería, información actualizada que permita a los colaboradores organizar y optimizar su tiempo.

Esto además va muy en línea con el uso de plataformas en toda la cadena. Nadie quiere a un jefe encima supervisando lo que tiene que hacer, pero sí está dispuesto a medir sus resultados, KPI’s y metas mediante soportes tecnológicos incorporados en la gestión.

La nueva forma de trabajar tiene como conceptos claves la flexibilidad, la adaptación y las buenas prácticas en los espacios laborales. Lo dice un informe de la consultora McKinsey: Concéntrate en la felicidad y bienestar de las personas, porque la productividad y el rendimiento llegarán por defecto. Y probablemente también, la permanencia de los jóvenes talentos.

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