Ana Bravo Verdejo, una mujer de 38 años y madre de dos niñas y un niño, cumplió esta semana un mes y medio de desaparecida luego que su familia le perdiera el rastro el domingo 10 de noviembre en el plan de Valparaíso.

Su familia cuestiona el trabajo de la Policía de Investigaciones (PDI) para dar con su paradero y desde el clan afirman que el contacto con la institución ha sido escaso.

En conversación con La Estrella de Valparaíso, su madre Magaly afirmó que se hizo la denuncia ante la Brigada de Homicidios (BH) de la policía civil.

“Pero yo no he hablado con ningún detective, solo se han comunicado con mi otra hija y mi yerno y más que eso yo no sé, no sabemos que hacer”, le dijo Verdejo al citado medio.

“Se la tragó la tierra. No sabemos nada de ella, ni una señal de vida”, añadió la mujer.

Por su parte, Ignacio Catalán, el cuñado de Ana que presentó la denuncia, sostuvo que como familia están “desesperados”.

“Hemos ido a pegar afiches a Quilpué, Villa Alemana, Limache, Quillota y aún no sabemos nada de ella”, relató.

En línea con la madre de Ana, el hombre también dirigió sus dardos a las labores realizadas por parte de la PDI en la búsqueda de la comerciante ambulante que con frecuencia vendía sus productos en partes de la avenida Uruguay de la comuna.

“La PDI estaba investigando cámaras ubicadas en los últimos lugares en los que fue vista pero no hemos recibido noticias de ella, nada, ni un llamado de las policías”, comentó Catalán al matutino.

Último contacto

La madre de Ana piensa que a su hija le ocurrió “algo malo”, puesto que no regresar a casa o abiertamente desaparecer no eran conductas propias de la mujer.

De hecho, el último contacto de Ana fue con su madre a través de un llamado telefónico, conversación en la cual la comerciante le pidió perdón a Magaly, a quien también le expresó sus deseos de volver a casa.

“Yo creo que le pasó algo malo porque mi hija nunca había hecho esto. Ella nunca había desaparecido sin avisar nada y dejar sola a sus hijas”, dijo Magaly.

“Yo trato de no pensar nada malo, pero ahí está el bichito. Imagínate cómo pasamos la Navidad, con pura angustia, con más dudas e incertidumbre”, finalizó la madre.