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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, se desmarcó de las críticas del Colegio de Profesores a Contraloría por los descuentos a los docentes en paro nacional. Cataldo afirmó que el Mineduc no establece los descuentos, ya que no es el empleador de los profesores. A su vez, señaló que la recuperación de clases conlleva el pago de sueldos según normativas vigentes. Respecto a la movilización docente, el ministro cuestionó su uso irracional y banalización, defendiendo el diálogo en una mesa de trabajo por la agenda en educación.

El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, se desmarcó de las críticas del Colegio de Profesores a Contraloría por los descuentos a los docentes que han adherido al paro nacional, movilización que -además- fue duramente cuestionada por el secretario de Estado.

Recordemos que el presidente del Magisterio, Mario Aguilar, denunció una supuesta “operación política” por el dictamen del organismo que dirige Dorothy Pérez, que respaldó el descuento en sus sueldos a los profesores que estén movilizados.

“La ausencia de los profesionales de la educación de sus labores, por adherir voluntariamente a una paralización ilegal de actividades, conlleva necesariamente el descuento en sus remuneraciones del valor del tiempo no trabajado”, señaló la Contraloría.

Consultado al respecto en entrevista con T13 Radio, el ministro Cataldo se desmarcó de los cuestionamientos, tomando en cuenta que el Mineduc no es el empleador de los profesores.

“Es una decisión de los sostenedores, el Ministerio no establece los descuentos, no les paga los sueldos a los profesores”, señaló.

“Las normativas que están vigentes a través de dictámenes de Contraloría, que son del año 2013, es que con la planificación y programación de la recuperación de las clases, se pagan los sueldos”, añadió el titular del Mineduc.

“Hay otros sectores que dicen “yo no voy a recuperar, aplico el descuento y se acabó”, por ejemplo el caso del alcalde de Renca, entonces es variable y depende de cada sostenedor”, ejemplificó.

En ese sentido, señaló que “hay un tema de interpretación jurídica que se está desarrollando para instruir al sistema como proceder”.

“El presidente del Colegio de Profesores tiene un rol y hay que entenderlo en ese rol, a mí no me corresponde entrometerme en los diseños de cualquier organización vinculada al área de educación porque hay autonomía”, matizó.

No obstante, el ministro Cataldo advirtió que “no sería tan audaz, porque la Contraloría tiene un rol, a mí no me corresponde opinar sobre las decisiones de la Contraloría, me corresponde acatarlas como Ministro de Educación”.

“El legislador tiene todo el derecho de presentar proyectos de ley y sin duda que prohibir la movilización, por principio creo que es algo muy riesgoso y atenta contra la democracia. Al mismo tiempo, creo que el uso irracional, el uso sin sentido, de la herramienta de la movilización pone en riesgo la legitimidad de la herramienta en un Estado de derecho”, sentenció.

“Hay que combatir las dos posiciones, la banalización del uso de la herramienta de la movilización, pero, por otro lado, irnos al extremo de prohibir cualquier expresión de movilización porque finalmente en un Estado de derecho eso es bien esencial”, criticó.

En esa línea, Cataldo insistió en sus críticas al paro del Colegio de Profesores, reconociendo que la movilización le dejó un sabor “amargo”, considerando que aún se mantenían en conversaciones por la agenda corta en materia de educación.

“Perder clases no es algo agradable, no es positivo (…) no hay razones para llevar la situación a un paro, toda vez que estamos en una mesa de trabajo con los profesores, que está en pleno desarrollo”, fustigó Cataldo.

“Nosotros nos enteramos del paro de 48 horas en el minuto en que se estaba ingresando a la última reunión que se sostuvo, es decir, la decisión de paralización se tomó antes incluso de tener la última reunión de trabajo”, reveló.

“Entonces ahí es donde uno entra en la sensación de incomodidad, porque, por un lado, está el legítimo derecho a manifestarse en democracia, pero, por otro lado, está la banalización del instrumento de la movilización, no puede usarse para cualquier cosa, ni siquiera creo que sea legítimo para medir simplemente fuerzas”, criticó.