En su tercer intento por presidir la Cámara de Diputadas y Diputados, durante este año, el Partido Comunista ha vuelto a encontrarse con la resistencia de colectivos de centroderecha, Chile Vamos y el Partido Republicano.

Cuando el legislador de la DC, Ricardo Cifuentes, fue electo presidente de la corporación en agosto del año pasado, la falange firmó -junto a Demócratas- un documento que comprometía el apoyo de estas colectividades al PC en este turno.

La diputada Karol Cariola, recurrente candidata para liderar la Cámara, señaló que los comunistas no han definido el nombre y están teniendo las primeras conversaciones para asegurar que el acuerdo se respete.

El Partido de la Gente desconoce el acuerdo del año pasado y se mantiene en la tesis de que les corresponde a ellos presidir el cuarto período, es decir, este año.

Sus detractores recuerdan que ahora el PDG son sólo tres parlamentarios y que la salida a México del legislador Rubén Oyarzo, el día de la votación de la reforma de pensiones, dañó la credibilidad de esta colectividad.

El propio Oyarzo aseguró que le corresponde al Partido de la Gente presidir este período la Cámara.

Nuevamente el clima no favorece al PC. Si en el pasado un acuerdo previo se incumplió, bajo el argumento de que la colectividad fue muy crítica con el ex director del INDH, Sergio Micco, por las violaciones a los Derechos Humanos durante el estallido social, ahora es por la postura de los comunistas en el caso de Ronald Ojeda, negando que exista injerencia del gobierno de Nicolás Maduro.

Pese a estas dificultades, Eric Aedo, jefe de bancada de DC, dijo que no es opción desconocer un acuerdo que puso a Ricardo Cifuentes como líder de la corporación.

Joanna Pérez, diputada de Demócratas, aseguró que se hace ‘complejo’ apoyar una mesa presidida por el Partido Comunista.

De estas polémicas aparecen dos escenarios: el primero es que el PC logre la mesa con el apoyo de Demócratas y el segundo es que el nuevo comité que sume a los PDG, ex PDG y Amarillos pacte con la oposición, para romper el acuerdo administrativo y hacerse con el control de la Cámara de Diputadas y Diputados.