Itziar González, nutricionista vasca con una amplia experiencia en el ámbito deportivo, denunció en una entrevista exclusiva con Marca el acoso laboral que sufrió durante su etapa en el Real Madrid.
Su historia comienza cuando, a pesar de rechazar la oferta del club debido a malas experiencias anteriores, termina aceptando la propuesta por insistencia, alegando que la solicitud venía del presidente Florentino Pérez. Sin embargo, desde el primer momento se sintió desplazada y ninguneada por el personal médico del club.
“Tras malas experiencias con los servicios médicos de otros equipos, al Madrid le digo que no, pero me insisten y voy porque me dicen que lo pide el presidente”, relató Itziar.
A pesar de su esfuerzo, la nutricionista explica que solo algunos jugadores, como Carvajal y Rodrygo, mostraron interés en trabajar con ella, mientras que otros se veían desalentados por los médicos del club, quienes les advertían “que no se les ocurriera” seguir sus pautas.
Las dificultades aumentaron cuando, en noviembre de 2023, la volvieron a contactar para trabajar con Carvajal y Arda Güler, pero las resistencias de los médicos continuaron. “Me dicen que mi trabajo no sirve para nada”, expresó González.
En octubre de 2024, Carvajal pidió nuevamente su ayuda, pero cuando ella intentó ajustarse al horario solicitado, los problemas no cesaron. “Los Servicios Médicos crean un ambiente hostil desde el minuto uno“, cuenta, haciendo alusión a la forma en que sus compañeros profesionales intentaron minar su trabajo desde el principio.
“Se ríen constantemente de mí, se burlan en los grupos de WhatsApp, les dicen a los jugadores que tomen cosas diferentes a lo que yo digo“, añadió.
En medio de esta tormenta, los ataques hacia ella fueron constantes. “Me acusan de robar un lote entero de suplementos“, contó Itziar, quien, después de demostrar su inocencia, comenzó a comunicarse únicamente por escrito para evitar futuras confrontaciones.
Además, describe cómo el personal médico, junto con otros empleados del club, dificultaron su labor de diversas formas, como ignorando sus recomendaciones sobre la alimentación de los jugadores y manipulando la información que ella solicitaba.
A pesar de que sus métodos de nutrición daban frutos visibles, con jugadores mejorando notablemente, la situación se volvió insostenible. “Hay jugadores que mejoran notoriamente y lo comentan en el vestuario”, pero este éxito solo aumentaba el rechazo hacia ella, especialmente por parte de los Servicios Médicos.
Al final, agotada y asfixiada por la hostilidad, Itziar solicitó terminar su contrato, pero desde Dirección le pidieron paciencia, asegurándole que todo se solucionaría.
Finalmente, después de una serie de amenazas, mentiras y sabotajes, González decidió denunciar los hechos, a pesar de las advertencias de que esto podría arruinarle la vida. En su último mensaje, destaca la contradicción de la dirección del club.
“Me llaman para agradecerme el trabajo y me dicen que no han podido con los médicos, pero no me permiten que la verdad sea conocida por el presidente y los jugadores“, dijo.
“Aún tengo pesadillas cada noche. Quiero cerrar este capítulo para siempre y siento que hasta que no lo cuente no lo voy a poder cerrarlo. No se trata de ganar o perder, solo quiero que el presidente, los jugadores y la gente que me importa sepa la verdad”, cerro. A pesar de la indemnización recibida, Itziar dejó claro que su objetivo era limpiar su nombre y exponer la realidad de lo ocurrido.
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