Entre abril de 2011 y junio de 2020 Global Systems SPA se hizo de contratos con el Estado por más de $4.300 millones. El primero de ellos fue vía licitación pública y los seis siguientes mediante trato directo, todos ellos relacionados con el Sistema de Alerta de Emergencia (SAE) de la Onemi que falló el pasado fin de semana tras el terremoto en la Antártica.

La empresa no ha estado ajena a polémicas. En 2017, por ejemplo, tras ganar la licitación de Gendarmería para la adquisición de tobilleras electrónicas, el nombre de Avram Fritch, el exmilitar israelí dueño de la compañía, fue apuntado por sus vínculos con el entonces segundo piso de La Moneda, durante el gobierno de Michelle Bachelet.

El sistema llega a Chile

Fue a fines de 2010 cuando la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), entonces encabezada por Jorge Atton, realizó el llamado a licitación pública con la finalidad de adquirir e implementar un sistema de mensajes de texto que permitiera alertar masivamente a la población en caso de alguna emergencia.

En la memoria colectiva aún rondaba lo ocurrido a comienzos de ese año, cuando problemas logísticos y de comunicación impidieron alertar a buena parte de la población sobre la llegada del tsunami post terremoto del 27 de febrero.

De las nueve empresas oferentes, Global Systems fue la que obtuvo el mayor puntaje y como consecuencia, en abril de 2011 la Subtel le adjudicó la tarea de implementar el SAE a cambio de poco más de $2 mil millones.

El 30 de abril de ese año la Contraloría tomó razón del decreto emanado desde el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y se dio inicio al contrato.

Los tratos con la Onemi

Una vez culminada la etapa de implementación, en 2013 la Subtel autorizó el traslado de los bienes muebles a dependencias de la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) para la puesta en marcha del SAE, encargándose desde entonces este último servicio de la administración. Por dicho traslado, Global Systems recibió más de $18 millones.

En mayo de 2015 la compañía consiguió vía trato directo, ahora con la Onemi, hacerse cargo del soporte, mantención y monitoreo del SAE, a cambio de casi $346 millones. La situación se replicó en los mismos términos durante mayo de 2016, esta vez por $374 millones.

Ya en agosto de 2017, Onemi sellaría otro contrato con Global Systems por la “prórroga y mantención del servicio SAE”, desembolsando en esta oportunidad poco más de $345 millones.

En junio de 2018 vino la “renovación de todo el hardware involucrado en el funcionamiento del sistema SAE, con sus licencias respectivas, cables y accesorios correspondientes”, adjudicada a través de trato directo a la misma compañía por $913 millones.

Dos años después, Global Systems firmaría el contrato actualmente vigente con Onemi, también para dar soporte y mantención al sistema, a cambio de unos $345 millones.

Ese vínculo termina en junio de este año y probablemente sería renovado casi de manera automática de no ser por el error ocurrido este sábado, lo que podría cambiar la suerte de la empresa.

Orígenes israelíes

Global Systems forma parte del Grupo Rebrisa S.A., consorcio de inversiones que se dedica al rubro de la tecnología y seguridad.

Entre sus principales accionistas, de acuerdo a los registros de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) aparecen la Inmobiliaria e Inversiones Boldos S.A. (46,27%), Inversiones y Asesorías Iculpe S.A. (16,67%), Inversiones Puerto Pollenca Limitada (7,55%) y Larraín vial S.A. Corredora de Bolsa (6,34%).

Precisamente la primera sociedad es propiedad del exmilitar israelí, Avram Fritch Vaturi, quien junto a su hijo, Ron Fritch Cherniavskyl, forman parte del directorio de Rebrisa. Como subdirectora aparece también su hija, Daniela Fritch Cherniavsky.

Avram Fritch, a su vez, es el representante legal de Global Systems y se ha visto envuelto en más de una polémica. En 2017, tras ganar la licitación de Gendarmería para el monitoreo de los reos en libertad vigilada mediante tobilleras electrónicas, su nombre fue apuntado por sus vínculos con el entonces segundo piso de La Moneda, durante el gobierno de Michelle Bachelet.

Según reveló en esa oportunidad El Mostrador, la empresa liderada por el exuniformado israelí ganó el concurso, pese a salir tercera en puntaje.

Esto habría levantado sospechas entre los otros oferentes, quienes recurrieron a la justicia para que aclarara el asunto, argumentando que la mano derecha de Avram, Álvaro Güell (director hasta hoy del Grupo Rebrisa), era hermano del entonces jefe de Contenidos de la Presidencia, Pedro Güell.

Otras polémicas vinieron de la mano de la serie de contratos con los municipios de Lo Barnechea y Las Condes para la implementación de globos aerostáticos para vigilancia, una situación que también se judicializó luego del reclamo de vecinos que se sintieron invadidos por las grabaciones que se hacían desde las aeronaves.

En marzo 2016 la Corte de Apelaciones de Santiago ordenó retirar los globos desde las comunas del sector oriente de la región Metropolitana, pero tres meses más tarde la Suprema revocaría el fallo, argumentando que “no resulta aceptable postular algún tipo de derecho sobre el espacio aéreo”.

La empresa corre sola

El SAE se basa en un software israelí de nombre Evigilo, que funciona en distintas latitudes, y que fue adquirido por la empresa NGSoft Ltd.

En abril de 2020 esta última firma comunicó mediante a una carta dirigida a la Onemi que Global Systems es representante “exclusivo en Chile”, lo que convertía a la compañía de Fritch en el único proveedor disponible para prestar el servicio y la mantención de éste en el país.

Fue precisamente ese el argumento que se utilizó para dar curso al trato directo, en lugar de una licitación pública, al considerarse que otros oferentes no cuentan con la certificación de Evigilo, según consta en la resolución exenta Nº 559 de junio de 2020, firmada por el director nacional de la Onemi, Ricardo Toro Tassara.

“La contratación sólo se puede realizar con la Empresa Comunicaciones Global Systems Chile toda vez que es éste el representante exclusivo de la empresa Evigilo en Chile, desarrollador del Sistema de Mensajes de Alerta de Emergencia implementado en nuestro país”, versa el escrito.

Actualmente Global Systems se encuentra en el centro de la polémica, luego de que el Gobierno exculpara de responsabilidad a la Onemi, apuntando sus dardos a la empresa.

Según dijo el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, el error no habría estado en la labor de la repartición estatal, ya que el mensaje fue correctamente escrito por el funcionario de dicha institución.

La versión del secretario de Estado concuerda con lo señalado desde la Onemi, desde donde indicaron que el “incidente” se debió a “un problema de configuración en la base de datos del sistema de la plataforma”, de responsabilidad de la empresa Global Systems, “en donde existían dos polígonos predefinidos, que estaban duplicados y con un mismo código: Polígono de Territorio Antártico y Alto Hospicio”.

Por contraparte, la firma se defendió. En voz del director del Grupo Rebrisa, Álvaro Güell, explicaron que la falla tiene su origen en una actualización del software israelí eVigilio.

“No hay nada culposo o que se haya hecho mal. Hoy se sigue haciendo una investigación detallada y la misma Onemi dijo que el software está funcionando perfectamente. La Onemi lo opera muy bien y tiene gente capacitada. Este es un software que es utilizado en muchos países y que permite salvar vidas ante catástrofes naturales, como incendios, terremotos y maremotos”, detalló Güell a La Tercera.

“Estas cosas pasan, lo que hubiera sido crítico es que el sistema no hubiera enviado ninguna señal. El sistema siempre ha funcionado bien con incendios y aluviones. La idea es que la Onemi tenga un sistema de alerta temprana”, indicó.

BioBioChile se contactó con el Departamento de Comunicaciones de la Onemi para conocer el futuro de la relación contractual con Global Systems y la posibilidad de abrirse una nueva licitación atendidos los sucesos de este fin de semana, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo respuesta.