Si bien en una primera instancia el Gobierno había señalado que el uso de mascarillas debería ser reservado solo para enfermos y personal de salud, este domingo fue el propio ministro de Salud, Jaime Mañalich, el que aconsejó su uso para toda persona en lugares públicos.

“Ha aparecido una recomendación de que, a pesar de que la evidencia de protección no es demasiado grande, el uso de mascarilla por todo ciudadano en lugares donde hay concentración de gente (…) es absolutamente prudente“, sostuvo el ministro.

Del mismo modo, la subsecretaria de Salud, Paula Daza, anunció este lunes que el uso de mascarillas comenzará a ser obligatorio en el transporte público.

Dichas medidas han sido acompañadas a la par con un tutorial por parte del propio Ministerio de Salud sobre cómo fabricar mascarillas caceras, luego de que el propio Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos aconsejara el uso de cubiertas de telas sencillas para la cara, elaboradas con artículos de uso doméstico, con el fin de mitigar el avance del Covid-19.

Sin embargo, para la enfermera experta en prevención y control de IAAS (Infecciones Asociadas a la Atención Sanitaria) y académica de la Universidad de Santiago, Blanca Troncoso, es importante enfatizar en que mascarillas de este tipo no están recomendadas para el personal sanitario.

“No es comparable la efectividad de las mascarillas de tela versus las mascarillas quirúrgicas”, aseguró. Aunque reconoció que formar una barrera con este material podría ser de utilidad para disminuir los contagios, e insistió en que las más efectivas son las quirúrgicas.

La especialista recomendó que una vez utilizada la mascarilla, esta no debe “tocarse ya que queda contaminada por la parte externa, y si la manipulamos accidentalmente podríamos tocarnos los ojos y así infectarnos con el virus”.

Pese a ello, enfatizó que los revestimientos faciales de tela son para que los pacientes asintomáticos no contagien a otros y que deben ser usados principalmente en lugares donde no sea posible mantener la distancia de un metro con otra persona.

“Una vez utilizada la mascarilla de tela, debe lavarse de inmediato. No debe guardarse en bolsillos, o dejarla sobre superficies ya que, si está contaminada, solo contaminamos con el virus”, concluyó.

Por su parte, el director del Centro de Diagnóstico e Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, Rodrigo Cruz, afirma que la opción de la mascarilla de tela debiera ser un “último recurso” enfocado en personas que se encuentran con síntomas respiratorios y no una medida universal.

“La construcción casera de mascarillas no se recomienda en general. Solo debiera ser considerada como una opción para aquellas personas que se encuentran con síntomas respiratorios, que van a entrar en contacto con otras personas y que no pueden acceder a una mascarilla quirúrgica, como último recurso”, afirma el doctor Cruz.

El especialista de la UV reiteró que la utilización de este tipo de elementos de protección da muchas veces una sensación de seguridad que no es tal, lo que sumado al hecho de que muchas veces la gente las emplea mal y a que su autoconfección no permite asegurar que éstas cumplan con su objetivo, al final esta disposición podría ser más perjudicial que beneficiosa.

Por lo anterior, el director del Centro de Diagnóstico e Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso dio a conocer un breve manual con instrucciones básicas para el uso de mascarillas, que fue elaborado por expertos de dicha unidad.

Lee el manual aquí: