La reconocida fonoaudióloga Eugenia Araya Castillo, quien es objeto de una denuncia por maltrato en contra de un menor de edad con trastorno de espectro autista (TEA), explicó las circunstancias que rodearon un video difundido los últimos días, y aseguró que las imágenes fueron malinterpretadas.

En éste, figura separando bruscamente al padre de su hijo, un niño de alrededor de 4 a 5 años. Luego procede a sujetarlo de sus brazos y cuello, gritándole mientras él llora. Incluso en un punto, la mujer se monta encima del menor para inmovilizarlo.

Según la profesional, las imágenes no forman parte de una terapia, sino que fueron tomadas durante una actividad académica, como parte de un seminario en la Universidad Santo Tomás (UST) de Concepción en 2010 en que participó como relatora principal. En la oportunidad, indicó que hizo una demostración con “intervenciones prácticas en el tema ‘Terapia conductual’ en la forma en que esta se promovía hace ya una década”.

La demostración, aseguró, ocurrió en una sala de espejo ante cerca de una veintena de personas, incluyendo a los asistentes al seminario, otros docentes y los familiares de los niños con autismo que participaron.

Explicó que es difícil “entregar herramientas que sean pertinentes a cada caso (de autismo) y más aún cuando es la misma evidencia científica la que nos aclara que no existe un método particular que dé respuesta a las múltiples necesidades en esta diversa población”.

Con esto en mente, planteó que “el manejo conductual corresponde a una de las corrientes existentes que se han utilizado a lo largo de la historia en el abordaje de este tipo de situaciones, las prácticas de este tipo intervenciones pueden resultar difíciles de comprender para personas que no se encuentra en contacto regular con cuadros complejos”.

“Acompañar a una familia y transitar en el límite de lo establecido buscando soluciones nuevas para familias en la desesperanza con la genuina motivación de ayudarlos a ser felices y ser cuestionada hace aún más compleja la relación profesional estrecha que debemos crear con los padres y familiares en la búsqueda de un proceso terapéutico integral en cuadros que no tienen una cura establecida y sólo con el esfuerzo de todos podremos apoyar a relevar la importancia de la neurodiversidad en nuestra sociedad actual”, sostuvo.