Todos los lugares con alta concurrencia de público, como centros comerciales, hoteles, colegios, estadios, aeropuertos, terminales de buses, estaciones de metro, cines, entre otros, deberán tener obligatoriamente al alcance y bien señalizado un desfibrilador, luego de que el Senado aprobara y dejara lista para ser promulgada por el Presidente la ley que llevaba desde 2013 en trámite en el Congreso.

Según lo detalló La Tercera, habrá un plazo de 6 meses luego de que entre en vigencia la ley para la elaboración de un reglamento que establezca las características de los equipos que deberán estar disponibles para uso público, además de donde estarán ubicados o resguardados, además de las orientaciones o instrucciones para su correcto uso.

El proyecto de ley, impulsado por el senador Francisco Chahuán, está motivado por la evidencia que apunta a que su presencia hace posible salvar la vida de las víctimas del 70% de los casos de infarto cardiaco.

La noticia llega justo después de la muerte de un corredor de 51 años durante la reciente Maratón de Santiago, quien fue atendido por una ambulancia que no contaba con desfibrilador, poniendo en el ojo de la polémica a los organizadores del eventos y a los encargados de la atención médica del mismo.

Sin embargo, el proyecto se gestó por un motivo más íntimo, según lo relató Chahuán: “Se trata de un proyecto de ley que presentamos en el 2013 por una situación personal, mi padre falleció de un infarto cardiovascular, en un primer momento un desfibrilador le permitió recuperarse y luego en un nuevo infarto, la ausencia de un desfibrilador terminó con su vida”.