El Ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, participó de la conmemoración de los 40 años de la mediación del Papa Juan Pablo II entre Chile y Argentina sobre el canal del Beagle.
La ceremonia se realizó en el Palacio Taranco de Montevideo, Uruguay, el mismo lugar donde hace 40 años los entonces cancilleres de ambos países, Hernán Cubillos de Chile y Carlos Pastor de Argentina, firmaron el Acta de Montevideo, primer documento con que ambos países abrieron la ruta para el acuerdo de paz que puso fin al diferendo fronterizo.
En la actividad participaron junto al canciller Ampuero su par de Argentina, Jorge Faurie, su par de Uruguay, Rodolfo Nin, y el nuncio apostólico ante la República de Uruguay, Martín Krebs. Junto a ellos también estuvo el canciller uruguayo durante la época de la mediación, Enrique Iglesias.
En el encuentro, los cancilleres de Chile y Argentina suscribieron una declaración conjunta donde destacaron el papel decisivo que tuvo el papa Juan Pablo II “para reestablecer la paz y la concordia entre ambos países”, recalcando además los esfuerzos llevados a cabo por el cardenal Antonio Samoré para alcanzar un acuerdo entre ambas naciones, lo que luego se tradujo en la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1984.
Así, en la declaración suscrita, ambas autoridades destacaron que este acuerdo representa “un claro ejemplo de la decisión y voluntad de los dos países de solucionar toda diferencia a través del diálogo, con estricto apego al derecho internacional”.
Junto a esto, Chile y Argentina ratificaron “la significativa alianza estratégica forjada por ambos países en estos últimos años, cuyos sólidos cimientos contribuirán no solo a seguir profundizando y ensanchando sus comunes y compartidos vínculos”.
Durante su intervención, el canciller Ampuero agradeció a Uruguay por el papel que jugó en la solución entre ambos países. Junto a esto, el ministro destacó la evolución de las relaciones entre Chile y Argentina: “Este tratado contribuyó a alejar el fantasma de la guerra entre ambos países y ayudó a pavimentar una nueva, intensa y robusta etapa en los lazos bilaterales, caracterizados por un progresivo proceso de entendimiento, generación de confianzas, cooperación integración ratificado el 2009”.
“Valoramos que la recuperación de la democracia en ambos países haya permitido dejar atrás definitivamente cualquier percepción o atisbo de amenaza reciproca y haya hecho prevalecer la confianza mutua como eje central y constante en los dinámicos vínculos que hoy cultivan Argentina y Chile”, concluyó.