Dos sesiones tuvo este lunes la Comisión de Salud del Senado, luego de que el Gobierno le diera “suma urgencia” -15 días para ser despachada- a la tramitación del proyecto que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales. Ahora, la iniciativa parlamentaria pasa a la Comisión de Constitución.

Hoy, mientras tanto, la comisión aprobó la objeción de conciencia para los médicos que no quieren practicar un aborto en los casos de violación, riesgo de vida la madre o inviabilidad del feto. Sin embargo, no se entregó esta prerrogativa a enfermeros, matrones, arsenaleros y ni al resto del eventual equipo médico encargado del procedimiento.

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La objeción de conciencia institucional tampoco ha sido incluída en el proyecto, así lo explicó Guido Girardi (PPD) presidente de la comisión: “Eventualmente, si en un centro todos (los médicos) tienen objeción de conciencia, particularmente en el Hospital Clínico de la Católica, ellos tendrán que garantizar, a su responsabilidad, de su costo, desde el punto de vista de la gestión, que a esa mujer se le garantice el derecho“.

El senador Francisco Chahuán, que también integra la instancia, criticó la medida, puesto que en su opinión, se debería haber entregado la posibilidad a hospitales y clínicas de tener objeciones de conciencia de forma institucional, como también hacer extensiva esta opción a todo el equipo sanitario, no solo a los médicos tratantes.

La ministra de Salud, Carmen Castillo, aclaró que para excusarse, el médico que quiera hacer uso de su objeción deberá reconocerlo y declararlo con anticipación. Sin embargo, dijo, no es lo habitual en el sector público.

Claudia Pascual, ministra de la Mujer y Equidad de Género, añadió que “lo que ha hecho este proyecto es hacer un claro equilibrio entre garantizar la prestación de salud y, al mismo tiempo, permitirle a un profesional médico cirujano poder generar una objeción de conciencia”.