Estados Unidos llamó el miércoles a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a desafiar la presión de China e invitar a Taiwán a su reunión anual, que discutirá en los próximos días la pandemia de la COVID-19.

Washington aún no ha confirmado su participación en las conversaciones de la Asamblea Mundial de la Salud del 18 y 19 de mayo, que se realizarán después de que el presidente Donald Trump prometió recortar fondos para este organismo de la ONU.

“Quiero pedir a todas las naciones, incluidas las de Europa, que apoyen la participación de Taiwán como observador en la Asamblea Mundial de la Salud y otros lugares relevantes de las Naciones Unidas”, dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo, en rueda de prensa.

“También pido al director general de la OMS, Tedros (Adhanom Ghebreyesus), que invite a Taiwán a observar la cita de este mes, como él tiene el poder de hacer, y como lo han hecho sus predecesores en múltiples ocasiones”, agregó.

China, que tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, considera a Taiwán como una provincia rebelde en espera de reunificación y lucha para bloquearlo de todas las instituciones internacionales.

Tras la guerra civil china en 1949, los nacionalistas derrotados huyeron a Taiwán, y desde entonces la isla desarrolló una democracia vibrante y autónoma.

Las relaciones entre la OMS y Taiwán no son buenas aunque la isla es considerada como un ejemplo en la lucha contra la pandemia de la COVID-19,
con solo seis muertos pese a su proximidad geográfica con China, su primer socio comercial.

La administración Trump ha culpado repetidamente a Pekín y a la OMS por el manejo del brote surgido en la metrópoli china de Wuhan
en diciembre pasado y declarado el 11 de marzo pandemia, que deja ya más de 250.000 muertos en todo el mundo.

Los críticos de Trump dicen sin embargo que el mandatario republicano busca desviar la atención de la gestión de la crisis sanitaria en Estados Unidos, que registra la cifra de muertos y contagios más alta del mundo.

El Departamento de Estado no respondió a las preguntas sobre si Estados Unidos participará en la Asamblea Mundial de la Salud, máximo órgano de decisión de la OMS, a la que generalmente asisten ministros de salud y otros altos funcionarios.

Hasta el anuncio de Trump sobre el recorte de fondos a la OMS, Estados Unidos era el principal contribuyente del organismo, con más de 400 millones de dólares al año para ayudar a los esfuerzos mundiales en la lucha contra innumerables enfermedades, incluidas la malaria y la poliomielitis.