Los Estados miembros de la Unión Europea trabajan para acordar una misión naval propia que despliegue tres fragatas en el mar Rojo, escenario de recientes tensiones después de la ola de ataques de hutíes sobre cargueros internacionales.

Varias fuentes diplomáticas indican a Europa Press que ya están en marcha las discusiones a nivel de los Veintisiete para lanzar una nueva misión enfocada específicamente en promover la estabilidad y la libre navegación en el mar Rojo, si bien advierten que queda trabajo por hacer hasta que el asunto se eleve a nivel de ministros, probablemente en febrero.

La operación implicaría el despliegue de tres fragatas y tendría inicialmente una duración de un año, según ha podido confirmar Europa Press.

El fin de la nueva misión sería “escoltar y proteger los barcos mercantes que pasan por el estrecho de Bab el Mandeb”, como explicó el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, en una conferencia en Lisboa la semana pasada.

Tras una primera semana de contactos entre Estados miembros, sin que ningún país haya presentado ningún obstáculo a la adopción de la misión, se espera que el Comité Militar de la UE, formado por los representantes de los Veintisiete, aporte sus recomendaciones sobre el concepto y los planes militares de la nueva misión.

En todo caso, la idea de Borrell de acelerar al máximo el proceso y tener un acuerdo político ya en la reunión de ministros de Exteriores de la UE del próximo 22 de enero sería imposible, subrayan las fuentes, que apuntan que la decisión se irá a la cita del mes de febrero.

Por delante quedaría el periodo de conformación de fuerzas, en las que los Estados miembros interesados ofrecen sus aportaciones a las misiones europeas, por lo que la puesta en marcha de la misión llevaría unas semanas, hasta principios de primavera.

Decisión para el mes de febrero

Pese al optimismo de la diplomacia europea para poner en pie la misión cuanto antes, una decisión de este tipo se toma por unanimidad de los Veintisiete y tras superar distintos pasos técnicos.

“Depende de la voluntad de los Estados miembros de actuar con rapidez, porque al final, para que una operación sea eficaz, los Estados miembros tienen que proporcionar medios, en este caso buques de guerra”, explica una de las fuentes consultadas.

Las discusiones sobre una nueva operación naval de la UE en el mar Rojo coinciden con los ataques lanzados por Estados Unidos y Reino Unido, con el apoyo de socios comunitarios como Alemania, Países Bajos y Dinamarca.

Sobre si el escenario en la región favorece o perjudica a la nueva misión, en Bruselas hay quien piensa que el aumento de las tensiones podría llevar a los Veintisiete a “acelerar la toma de decisiones”.

Veto de España a usar la misión “Atalanta”

La UE se encuentra en este punto después de que España bloqueara la propuesta inicial de Borrell para ampliar el mandato de la misión ‘Atalanta’, centrada desde finales de 2008 en combatir la piratería frente a las costas de Somalia.

El Gobierno de Pedro Sánchez se opuso, en un giro de última hora, al cambio limitado al mandato no ejecutivo de la misión ‘Atalanta’ para “intensificar el intercambio de información y aumentar la presencia con medios navales adicionales” en coordinación con la operación naval lanzada por Washington.

España, que aporta el mando, los medios navales y el 40% del personal de la misión ‘Atalanta’, consideró que “no era apropiado que esa misión expandiera sus funciones”, alegando que “una cosa no tenía que ver con la otra”, según explicó días después el Alto Representante.