A partir de este miércoles, Francia levantará el aforo para sus negocios, restaurantes o museos, en lo que supone la cuarta y última etapa del calendario de desconfinamiento. Sólo las salas de festivales con público de pie seguirá exigiendo un límite de público inferior a su capacidad normal.

Así, comercios, restaurantes, museos, teatros, cines, piscinas y gimnasios volverán a abrir sus puertas sin restricciones de aforo; en otras palabras, como antes de la pandemia.

Con más de la mitad de la población que ha recibido al menos una vacuna contra el covid-19, Francia se dispone a vivir el verano boreal recuperando gran parte de la normalidad perdida.

Ya sin toque de queda desde el 20 de junio, sólo los eventos que reúnan a más de 1.000 personas requerirán un “pase sanitario”, es decir prueba de vacunación, test negativo reciente.

Otra excepción es que las salas de conciertos y festivales deberán respetar un aforo del 75%. Estas mismas restricciones se aplicarán a las discotecas, que podrán volver a funcionar a partir del 9 de julio.

La amenaza de la variante Delta

Único nubarrón en el cielo estival francés: la variante Delta, que ya representa el 20% de los casos en el país.

Las Landas, el departamento más afectado en Francia por Covid-19, mantendrá las últimas restricciones del confinamiento hasta el 6 de julio incluido, al contrario que el resto del país, anunció el miércoles la prefecta Cécile Bigot-Dekeyzer.

Con una proporción de la variante Delta, “significativamente más alta” que en otros lugares entre los casos positivos, el departamento “permanecerá en la fase 3 hasta el 6 de julio inclusive”, dijo la funcionaria en videoconferencia.

“La situación sanitaria está estabilizada pero es muy atípica” en comparación con el resto del país, con “una tasa de incidencia que ronda los 50 (casos por cada 100.000 personas), el umbral de alerta”, detalló, explicando que “el departamento de las Landas ha sido poco impactado por el Covid hasta ahora”, y por tanto tiene “una baja inmunidad colectiva”.