En diciembre de 1991, los habitantes de Austin (Texas, EE.UU.) se preparaban para celebrar una de las festividades más esperadas del año: la Navidad. En los días previos, no obstante, un macabro crimen teñiría de negro estas fiestas y horrorizaría a toda la comunidad local.

La noche del 6 de ese mes cuatro adolescentes fueron asesinadas a sangre fría por individuos que a la fecha no han podido ser identificados, convirtiéndolo en uno de los crímenes sin resolver más funestos de la historia del país norteamericano.

Estos son los fatídicos hechos que desencadenaron la tragedia y la posterior búsqueda, por ya 30 años, de los culpables que aún están prófugos.

La tienda de yogur | New York Post

La tienda de yogur

La tarde del 6 de diciembre de 1991 la joven Sarah Harbison, de 15 años, y su amiga Amy Ayers, de 13, se encontraban en las dependencias del mall Northcross en su natal Austin, haciendo hora para encontrarse con un par de amigas.

Se trataba de Eliza Thomas y Jennifer Harbison -hermana de Sara-, ambas de 17 años, quienes en ese momento estaban trabajando en el turno PM de la tienda de yogur I Can’t Believe It’s Yogurt!.

Cerca de las 22:00 horas, Sarah y Amy caminaron el par de cuadras que separaba el mall de la tienda para ayudar a Eliza y Jennifer con el cierre. Luego de que la tienda bajara sus cortinas, alrededor de las 23:00 horas, las chicas tenían planeado disfrutar de una pijamada… algo que finalmente nunca ocurrió.

Minutos antes de la medianoche el oficial del Departamento de Policía de Austin, Troy Gay, divisó una humareda desde el stripcenter donde estaba la tienda de yogur mientras hacía su ronda nocturna. Tras reportarse el incendio los bomberos arribaron prontamente al recinto y, mientras extinguían las llamas, se encontraron con un macabro escenario.

La muerte de las adolescentes

En el lugar, los trabajadores encontraron los cadáveres de las cuatro jóvenes, todas desnudas y amarradas con sus propias prendas de vestir.

Tres de los cuatro cuerpos fueron hallados al fondo de la pieza trasera del local: Sarah y Eliza apiladas una encima de la otra en una esquina; Jennifer al costado de ellas. En tanto, el cuerpo de Amy fue descubierto en la parte delantera, lo que sugiere que no murió de inmediato y trató de luchar por su vida.

Diagrama de la escena del crimen | The True Crime Files

Además, las piernas de las adolescentes estaban abiertas de par en par, cada una conteniendo una bola de helado entre medio. Sus cuerpos, en tanto, se encontraban quemados casi por completo, luego que los asesinos prendieran objetos inflamables con un líquido acelerante y luego huyeran del lugar.

Posteriormente, las autopsias revelaron que todas las menores murieron de disparos efectuados en la parte posterior de sus cabezas y que al menos dos de ellas fueron violadas. Además, autoridades comentaron a los medios de comunicación que se usaron dos armas de fuego para cometer los crímenes, lo que sugiere que hubo al menos dos culpables.

Por su parte, la gerencia de la tienda y los investigadores determinaron que los culpables no habían robado artículos del lugar, a excepción de $540 dólares.

Amy, Jennifer, Sarah y Eliza | The Lineup

La investigación

Desde el inicio de la investigación a fines de 1991, la policía enfrentó una serie de problemas. En primer lugar, se cree que el trabajo de los bomberos antes de que se percataran de los asesinatos pudo haber eliminado, de forma involuntaria, evidencia preciada. Sumado a ello, en ese entonces el departamento policial de Austin no poseía mucha experiencia forense y sólo contaba con una unidad de huellas dactilares, junto con una pequeña brigada de homicidios.

Pese a ello John Jones, líder de la investigación policial, y su compañero Mike Huckabay lograron reunir numerosas pistas y dar con un total de 342 sospechosos, una cifra que sin duda los abrumó.

Considerando la naturaleza del crimen, el dúo se enfocó en los asesinos en serie que podrían haber estado trabajando en el área el día de los crímenes, lo que los llevó al primer sospechoso.

Kenneth Allen McDuff

McDuff era un asesino en serie de Texas a quien se le consideraba el autor de al menos catorce asesinatos. Fue declarado culpable de asesinar a tres adolescentes en agosto de 1966, por lo cual fue condenado a muerte. No obstante, en 1972 su sentencia fue cambiada a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional, luego que la Corte Suprema aboliera la pena capital. Dado el hacinamiento de las cárceles, el hombre fue puesto en libertad condicional en 1989.

En la actualidad, se cree que tras su liberación McDuff cometió nuevos asesinatos. Tras años de permanecer prófugo, finalmente fue detenido y enviado al corredor de la muerte el 17 de noviembre de 1998.

Ese día, McDuff confesó los asesinatos de la tienda de yogur, pensando que esa confesión de último minuto lo salvaría de la pena capital, algo que no ocurrió. Pese a este intento desesperado, tras su confesión la policía descartó su participación luego que las huellas dactilares y cabellos recogidos de la escena del crimen no pudieran relacionarse con él.

Kenneth McDuff | Wikipedia

Maurice Pierce y sus amigos

Una semana después de los asesinatos, la policía investigó a un adolescente llamado Maurice Pierce, visto en el mall Northcross con una pistola calibre 22 -el mismo de una de las armas usadas en los asesinatos- la misma noche en que Sarah y Amy pasaron la tarde previo a dirigirse a la tienda de yogur.

Sin embargo, cuando los investigadores interrogaron a Pierce y los tres amigos con los que estaba en el centro comercial, Michael Scott, Robert Springsteen y Forrest Welborn, no obtuvieron nada concreto.

Cuando probaron el arma de Pierce, los especialistas de balística mostraron que ésta no coincidía con el arma homicida. Además, al igual que lo ocurrido con McDuff, las huellas y cabellos que se tenían de prueba no coincidieron con ninguno de los adolescentes, por lo que fueron desestimados como sospechosos.

De izquierda a derecha: Springsteen, Pierce, Wellborn y Scott

Los arrestos de 1999

Años después de los asesinatos, y dado que el caso estaba en un punto muerto, nuevos investigadores lo tomaron y en 1999 detuvieron a cuatro de los antiguos sospechosos del caso: Pierce, Welborn, Scott y Springsteen.

En custodia, Scott y Springsteen confesaron haber matado a las jóvenes y haber violado a una de ellas, por lo que la policía estaba convencida de que tenía a sus asesinos.

Mientras, las autoridades debieron dejar en libertad a Welborn y Pierce por falta de pruebas. Algo que fue particularmente difícil de aceptar para la policía y las familias, quienes consideraban a Pierce como el autor intelectual de los crímenes. Años después de los hechos, en 2010, Pierce moriría a manos de la policía tras escapar a pie luego de ser detenido por saltarse un signo “Pare”.

Springsteen y Scott fueron juzgados por separado por los asesinatos y declarados culpables. Springsteen recibió la pena de muerte, mientras que Scott fue condenado a 99 años de prisión. No obstante, poco después de los juicios surgieron preocupaciones sobre la verdadera culpabilidad de los aprehendidos, informó el medio especializado The True Crime Files.

De partida, no había evidencia física que los vinculara con los asesinatos. Además, ambos afirmaron que sus confesiones fueron forzadas por la policía. Algo que se pudo comprobar de forma posterior, luego que trasladaran a uno de los detectives involucrados por una supuesta extorsión en otro caso y que comenzara a circular una imagen de otro miembro de la policía de Austin apuntando con un arma a la cabeza de Scott durante su interrogatorio.

Producto de lo anterior, en 2006 ambas condenas fueron anuladas luego que los tribunales determinaran que los derechos constitucionales de los acusados fueron violados durante sus procesamientos. Ambos salieron en libertad.

Flores en la tienda de yogur | KVUE

Las pruebas de ADN

Poco después de que fueran exculpados, en 2008 nuevas pruebas de ADN reafirmaron que éste no coincidía con el de Scott y Springsteen, ni ninguno de los otros hombres sospechosos del crimen.

Pese a ello, gran parte de las autoridades ligadas al caso aún cree que los cuatro sospechosos sí cometieron los crímenes, y que un quinto hombre no identificado debió ayudarlos, lo que explicaría la evidencia desconocida de ADN hallada en los últimos exámenes realizados. No obstante, los defensores de Scott y Springsteen descartan esa teoría ya que nadie había levantado esa hipótesis hasta que la policía recibió resultados de ADN “inconvenientes”.

Una última teoría que fue discutida por los investigadores y profesionales ligados al caso, señala que los asesinos de las jóvenes fueron dos clientes no identificados que estaban en la tienda de yogur a la hora del cierre. Sin embargo, la policía nunca encontró testigos que pudieran aseverar que estos clientes se encontraron, en efecto, en la tienda el día de los hechos.

Lo cierto es que, a 30 años de los asesinatos, el caso permanece como uno de los misterios sin resolver más macabros e intrigantes de Estados Unidos. La infame tienda de yogur se convirtió posteriormente en un salón de manicura, pero una placa conmemorativa ubicada en el lugar mantiene viva la memoria de Jennifer, Sarah, Amy y Eliza, recordándoles a todos que aún falta hacer justicia por sus muertes.

La placa conmemorativa | AETV.com