El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su rival demócrata Joe Biden chocaron el jueves a 12 días de la elección. En lo que muchos vieron como una gran oportunidad para que el mandatario recuperara la distancia perdida en las encuestas, éste se mostró más medido en un formato de debate más restringido, y pese los ataques políticos y personales, su contendiente pareció resistir.

La imposición de reglas para evitar el atropello verbal del primer debate funcionó y -como resultado- apareció el Donald Trump más sólido, que en momentos acorraló a Joe Biden reiterando que no puede prometer ahora lo que no hizo en 47 años en política.

El inquilino de la Casa Blanca, de 74 años, rezagado en las encuestas para el 3 de noviembre, y el exvicepresidente, de 77, polemizaron sin interrupciones, gritos ni insultos en un tono muy diferente al caótico duelo televisado del mes pasado. La moderadora del encuentro Kristen Welker, corresponsal de NBC News en la Casa Blanca, tenía un botón para silenciar a los contendientes, lo que no había ocurrido en el primer y caótico encuentro.

Trump insistió su rol de outsider en un debate con más calado, y puso contra las cuerdas a Biden al negar que la actual administración construyera las jaulas donde se encarcelaron a menores de edad centroamericanos que cruzaron la frontera y que luego fueron separados de sus padres.

“Ellos construyeron las jaulas. Decían que las puse yo. Y luego salió una foto en un periódico, y dijeron: miren las jaulas, el presidente Trump las construyó. Y entonces se supo que se construyeron en 2014. Fue él”, sostuvo el mandatario.

El plan, ideado para contener la creciente llegada de indocumentados, la mayoría familias de Centroamérica, implicó la separación de cerca de 2.700 niños de sus padres. Esta semana se supo que los padres de 545 de esos niños no pudieron aún ser localizados.

Trump defendió la política de “tolerancia cero” a la inmigración irregular y afirmó que los niños habían sido llevados a la frontera sur por “coyotes” y por “mala gente”.

“Seré presidente de Estados Unidos, no vicepresidente”, señaló Biden, y prometió que en sus primeros 100 días de gobierno enviará al Congreso una ley para facilitar la ciudadanía a más de 11 millones de indocumentados, incluyendo a esos niños.

La gestión de la pandemia

La crítica a Trump por su gestión de la pandemia de covid-19 fue el arma más pesada de Biden, que pronosticó un “invierno oscuro” para un país que llora más de 220.000 fallecidos y donde millones han perdido el trabajo.

“Cualquiera que sea responsable de tantas muertes no debería seguir siendo presidente de Estados Unidos”, afirmó.

“Lo estamos combatiendo muy enérgicamente”, replicó Trump, aseverando que la vacuna “está en camino” y será anunciada “en semanas”, pese a lo que vaticinan sus propios especialistas.

Trump, quien llegó sin mascarilla al escenario en Nashville, Tennessee, tres semanas después de ser incluso hospitalizado por el coronavirus, habló de su propia recuperación asegurando una vez más ser “inmune”.

“Dice que estamos aprendiendo a vivir con eso. La gente está aprendiendo a morir con eso”, le respondió Biden.

La sombra de Hunter Biden

Como se esperaba, Trump le pidió a Biden “explicaciones” sobre las acusaciones de corrupción relacionadas con las actividades de su hijo Hunter en China y Ucrania, cuando el candidato demócrata era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017).

Biden rechazó cualquier irregularidad. “Nunca he recibido ni un centavo del extranjero en toda mi vida”, dijo. “Nada fue poco ético”.

Y, ya en la ofensiva, interrogó a Trump por la tenencia de una cuenta bancaria en China y la no publicación de sus declaraciones impositivas en Estados Unidos, luego de la filtración de datos fiscales que muestran que pagó como máximo 750 dólares en impuestos federales a la renta durante el año en que se candidateó a presidente.

Trump respondió que tiene muchas cuentas bancarias y que todas están registradas. “Soy un hombre de negocios haciendo negocios”, afirmó, señalando que la cuenta databa de 2013 y fue cerrada en 2015.

Mensajes a los latinos

Poco antes del debate, Trump y Biden cruzaron mensajes dirigidos a los 32 millones de latinos habilitados para votar, en segmentos trasmitidos por la cadena en español Telemundo.

“Nadie ha hecho más por los hispanos”, aseguró el presidente. Además, destacó su cercanía con la “comunidad venezolana” en Florida, un estado clave para ganar los comicios.

Biden dijo que Trump “está deportando a miles de cubanos y venezolanos” a “regímenes dictatoriales”. “Otorgaré el estatus de protección temporal (TPS) a los venezolanos”, prometió.

A fin de cuentas, el debate ilustró dos cosmovisiones antagónicas también sobre el cambio climático o la cobertura sanitaria, en el último cara a cara entre los dos aspirantes antes de los comicios del 3 de noviembre.