El denominado Tratado de Alta Mar, firmado por Perú en la Tercera Conferencia de Naciones Unidas sobre el Océano, desató una fuerte polémica dentro del país. Mientras algunos sectores del gobierno aseguran que este acuerdo no compromete la soberanía nacional, las voces críticas, encabezadas por gremios empresariales y políticos, aseguran que se está poniendo en riesgo la soberanía sobre las 200 millas náuticas del territorio marítimo peruano.
A este debate se suman las reacciones internacionales, destacando la postura firme de Chile en cuanto a la protección del océano y la biodiversidad marina más allá de las fronteras nacionales.
El 19 de junio de 2023, el Tratado de Alta Mar, conocido oficialmente como el Acuerdo sobre la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina más allá de las jurisdicciones nacionales (BBNJ, por sus siglas en inglés), fue adoptado por la ONU después de décadas de negociaciones. Este acuerdo busca proteger dos tercios de los océanos del planeta, aquellos que están fuera de las jurisdicciones nacionales, también conocidos como alta mar.
Para Perú, el tratado representa un avance en los esfuerzos por conservar la biodiversidad marina y frenar la pesca ilegal, pero ha generado dudas sobre la posible afectación de sus 200 millas de soberanía, reconocidas por la Constitución del país.
Las críticas de sectores clave
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, firmó recientemente este tratado en Niza, Francia, durante la Tercera Cumbre de los Océanos, junto a líderes mundiales. Sin embargo, la firma no pasó desapercibida y desató un aluvión de críticas internas. Gremios pesqueros, entre otros sectores, señalaron que este acuerdo podría debilitar las políticas nacionales sobre el aprovechamiento de los recursos marinos, mientras que sectores políticos cuestionaron la falta de debate sobre el tratado en el Congreso.
En defensa de la firma, el canciller peruano Elmer Schialer explicó a RPP que la adhesión de Perú al tratado no implica una merma en las 200 millas de dominio marítimo. “Este es un tratado ambiental que el Perú puede firmar reafirmando su condición de Estado no parte de la Convemar (Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar)”, dijo. Además, el diplomático subrayó que el tratado no afecta la soberanía peruana sobre las aguas cercanas a sus costas.
El exvicecanciller Hugo de Zela también salió en defensa del acuerdo y explicó en Canal N que la confusión sobre el impacto del Tratado de Alta Mar en la soberanía nacional proviene de la falta de conocimiento de los términos. “Este tratado dice claramente que no se aplica a las 200 millas nacionales”, aclaró tras hacer un llamado a evitar la desinformación que circula entre los críticos.
Los gremios empresariales
No obstante, las voces en contra siguen siendo fuertes. La Sociedad de Comercio Exterior del Perú, la Sociedad Nacional de Industrias y la Sociedad Nacional de Pesquería alertaron sobre los posibles efectos negativos del acuerdo, en especial para los sectores pesqueros.
En un comunicado, expresaron que este tratado podría poner en riesgo la seguridad alimentaria y los empleos formales relacionados con la pesca, al imponer restricciones innecesarias en la explotación de los recursos marinos. “Este acuerdo es impulsado por las ONGs que buscan acabar con sectores productivos como la pesca en nuestro país que genera miles de empleos y es un motor de desarrollo descentralizado”, señalaron.
La participación de Chile
A la controversia interna se le añade la postura de Chile, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, estuvo presente en la misma cita donde Boluarte firmó el tratado.
Durante la conferencia de la ONU sobre el Océano, Chile no solo ratificó su compromiso con la conservación marina, sino que también destacó su liderazgo en la protección de los océanos. De hecho, Chile fue el primer país de Sudamérica en ratificar el Tratado de Alta Mar el año pasado, un hecho que subraya su histórica política de protección oceánica.
“En Chile hay una fuerte conciencia de la necesidad de proteger el océano y los acuerdos multilaterales son absolutamente esenciales para lograrlo”, expresó —en ese momento— Julio Cordano, jefe de la División de Medio Ambiente, Cambio Climático y Océanos de la Cancillería chilena, a DW.
Chile, con su enfoque hacia la conservación marina, tiene como objetivo fortalecer la cooperación internacional en la protección de la biodiversidad marina más allá de sus costas. La ratificación del tratado para ellos marca un hito importante en la región, dado que se considera un modelo a seguir por otros países latinoamericanos.
Protección de los océanos
El gobierno chileno, a través de la implementación de medidas en el Tratado de Alta Mar, se ha asegurado de estar en la vanguardia de la protección de los recursos marinos. En particular, destaca la creación de áreas marinas protegidas, la regulación de los recursos genéticos marinos y la implementación de mecanismos de evaluación ambiental para proyectos que puedan impactar el ecosistema oceánico.
La postura de Chile es un recordatorio de la importancia de los acuerdos multilaterales en la lucha por la sostenibilidad del océano y de cómo países como Perú se ven presionados por la comunidad internacional a adaptarse a estos esfuerzos globales, mientras lidian con los desafíos internos, afirman los expertos.
Mientras tanto, el Tratado de Alta Mar sigue siendo un tema de debate en Perú, donde sectores políticos y económicos continúan expresando sus preocupaciones. El gobierno, por su parte, mantiene su defensa al acuerdo y asegura que este no compromete la soberanía del país. No obstante, las críticas continúan, especialmente cuando se vincula la firma con la posibilidad de restricciones adicionales sobre las actividades pesqueras en la región.
Así, mientras Perú se encuentra en medio de una polémica sobre las implicaciones de su firma, la postura de Chile —para los internacionalistas— ofrece una perspectiva diferente sobre cómo los acuerdos multilaterales pueden influir en la gestión de los recursos marinos y la conservación del océano global.
En un contexto internacional que cada vez más exige acción para frenar el deterioro de los ecosistemas marinos, el Tratado de Alta Mar emerge como una pieza clave en el rompecabezas de la gobernanza oceánica. Con la firma de más de 80 países, el acuerdo busca un enfoque global para enfrentar los retos ambientales más urgentes del presente siglo.
Al cierre del presente artículo, BioBioChile conoció que, ante la Fiscalía de Perú, el periodista César Alfredo Vignolo denunció por presunta traición a la patria a Dina Boluarte en calidad de persona natural y la Presidencia de la República en su condición institucional. La queja presentada que hubo una supuesta “afectación directa a la soberanía marítima nacional” al suscribirse el Tratado de Alta Mar.