Luis Moreno Ocampo, ex fiscal jefe de la Corte Penal Internacional y fiscal adjunto del juicio a Las Juntas, está de visita en nuestro país y habló de los detalles que hacen que los juicios contra la dictadura en Argentina hayan sido tan distintos al proceso chileno. Según el abogado argentino, la clave está en que "fueron juicios públicos".

El abogado argentino y fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Luis Moreno Ocampo, llegó a Chile en el contexto de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado de 1973.

Moreno Ocampo además es una figura importante a nivel internacional, ya que él fue el fiscal adjunto que ayudó a meter al dictador Jorge Videla a la cárcel en el llamado “Juicio de Las Juntas”.

El fiscal que lideró los juicios fue Julio Strassera y su fiscal adjunto fue el mismo Luis Moreno Ocampo.

Se trata de un hecho histórico que recientemente ha sido muy recordado, ya que este sirvió de inspiración para llevar a cabo la película “Argentina, 1985”.

Durante dos días el ahora exfiscal adjunto argentino estará de visita en nuestro país, por invitación del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).

Durante su visita además visitó las oficinas de La Radio, donde conversó de las diferencias que él ve en los procesos judiciales que se vivieron en ambos países.

Moreno Ocampo y las diferencias de juicios en Chile y Argentina

“Anoche vimos en Santiago la película (1985) y de pronto… yo nunca me emociono cuando pasan cosas, problemas en Argentina o cuando investigué cosas de genocidio en Libia y en otros países. Pese a esto, siempre me pasaba con Chile… cuando me conectaba con las cosas en Chile me bajaba la emoción”, comentó Ocampo.

“Ayer mientras veía la película en Santiago, con los chilenos y hablando, la verdad es que me pareció muy emocionante y entrañable sentir esa conexión con lo que pasó en Chile, que al mismo tiempo es muy diferente a lo que pasó en Argentina y es muy parecido”, agregó el abogado.

“Estar acá con ustedes me pareció muy agradable, poder compartir”, enfatizó el exfiscal argentino.

¿Cuál es la gran diferencia con lo que pasó acá en nuestro país, donde nos costó bastante más tiempo hacer justicia?

Ocampo: ¿Sabes cuantas personas están condenadas en Chile? 850, y en Argentina son mil, así que estamos ahí, es muy parecido.

“La gran diferencia fue el juicio de Las Juntas, fue un momento muy particular porque, tú piensas, la dictadura terminó en 1983 y un año después estaban todos los dictadores sentados en el banquillo. Aparte estaban los acusados escuchándonos a nosotros, contando los crímenes que habían cometido”, comentó.

Según detalla, “eso fue único y además, sobre todo, me parece que una cosa que diferencia a Argentina y Chile es que estos juicios fueron públicos y entonces la gente pudo participar”.

Comentó que el ritual de un juicio público es único en términos de armonización de personas. Esto, porque normalmente las personas no se juntan con el asesino de sus hijos. “Excepto en una sala de juicio criminal, donde hay un diálogo establecido por la ley”, comenta.

“Entonces el juicio Las Juntas permitió, apenas terminó la dictadura, un diálogo imposible entre víctimas y los líderes de los perpetradores. Ese proceso fue muy interesante porque las víctimas vinieron, participaron y fueron los héroes del juicio”, asevera Ocampo.

“A las víctimas les costaba declarar”

“La gente no tiene idea de lo que le costaba a las víctimas hablar”, agregó por otra parte Moreno Ocampo.

Para esto recordó un caso famoso que es el de Pablo Díaz, que está en la película.

“Es unos chicos de ‘la noche de los lápices’. Uno de los chicos de un colegio secundario, que con 16 años fueron secuestrados”, dice.

“Cuando llamamos a declarar Pablo, lo entrevistamos en la Fiscalía y le dijimos que queríamos llevar tu caso al juicio. Él dijo ‘¿y va a ser público?’, a lo que le respondimos que sí”, recordó.

“No, no puedo, cómo no puedes, no puedo porque yo nunca le conté a nadie lo que pasó. Yo decía que estaba de viaje en esa época. Si decía que estuve preso o secuestrado creían que era un guerrillero en Argentina”, recordó Ocampo que le comentó el joven, quien finalmente prestó su testimonio para ganar el juicio de Las Juntas.

“Pablo nos pidió tiempo para pensarlo y en la semana nos llamó. Dijo que lo había pensado, lo charló con la familia y finalmente declaró junto a sus tías, quienes fueron testigos del secuestro”, dijo.

“Vino a declarar y nos contó una historia tremenda. Él termina su testimonio nos deja a todos llorando y yo salgo atrás de él. Nos abrazamos y me dice ‘hace 9 años que quería contar esto"”.

“Ese silencio se rompió ahí. Las víctimas encontraron su espacio”, comentó el fiscal, quien es firme creyente del “nunca más” en ninguna parte del mundo.