El protagonista es un hombre mayor, que acumula derrotas y sabiduría. Un conocimiento envidiable sobre navegación y los entornos de Valdivia. Y un persistente deseo de torcer el destino y amar.

Los náufragos

La novela de Bruno Serrano (Chillán, 1943) es eso. Una historia de náufragos y naufragios. Y el volver, una y otra vez, a la aventura de la vida. A saber vivirla y disfrutar.

Una historia que está centrada en Capitán, un hombre que quiere reconstruir o, mejor, re-tomar su vida luego de un largo exilio. Para eso, restaura una vieja y noble embarcación, la Colombo. Lo hace con la ayuda de otros “náufragos”, hombres vinculados al mar y sus mis-terios. Al navegar y sus artes. Mezcla de conocimientos, saber observar y entregarse a la naturaleza, seguir sus corrientes, saber lidiar con sus fuerzas.

En eso, aparece Paloma, una joven estudiante de música, de violín. Una musa que llevará a Capitán por derroteros inciertos. Los del amor, a veces desapegados de la tierra, propen-sos a zozobrar.

Los náufragos es una historia sobre el sentido de la vida, sus luchas y alegrías. Y sobre amor, su fuerza y desvaríos. De voluntad, resistencia.

Una novela marinera

Los náufragos es una novela que exuda conocimiento sobre embarcaciones y navegación. Términos técnicos, detalles técnicos, específicos. Es una literatura que podría recordarnos a Francisco Coloane. Pero, en especial, a Rubén Azócar (Arauco, 1901 – Santiago, 1965) y su Gente en la isla (1938).

Bruno Serrano introduce en un mundo simple y complejo a la vez, donde conocer la em-barcación, sus características, el motor y sus instrumentos, las condiciones para navegar y saber cómo estará el tiempo y las corrientes, es fundamental. Es un mundo con una pátina de romanticismo y melancolía. Pero que, al mismo tiempo, es fundamental conocer para sobrevivir.

Una novela donde no solo hay una dependencia entre navegantes y embarcación. También hay una identificación, proyecciones, paralelos.

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Barroco

Con tintes de Realismo Mágico, la novela presenta una dicotomía entre sueños, deseos y amor versus realidad, marcada por el infortunio, la mezquindad. Eso, tan claro y nítido, en contraste con una escritura plena de detalles, de matices, de sutilezas.

Los náufragos, quizás, peca con una buena prosa en ciertos pasajes demasiado barroca, cargada, con excesos. Con descripciones que, a ratos, pueden resultar redundantes, inne-cesarios.

Los náufragos es una novela interesante, en especial para quienes aman la navegación. Entretenida. Pero que puede embancarse o ir contracorriente en algunos pasajes.

Portada de Los náufragos
Editorial Fértil Provincia

Los náufragos

Bruno Serrano
Editorial Fértil Provincia

2019, Valdivia