El ministro de Defensa de Argentina, Agustín Rossi, dijo que el país sigue reclamado la soberanía de las islas por la vía diplomática, pero denunció el uso del archipiélago como “enclave militar” por parte de Reino Unido.

El acto estuvo dedicado a reconocer a los soldados que lucharon en el conflicto bélico entre Argentina y el Reino Unido al cumplirse 39 años de su fin.

Rossi señaló que desde el pasado 2 de abril, el país inició la vigilia por los 40 años, que se conmemorarán en 2022.

En medio del discurso, Rossi afirmó que “para Gran Bretaña la guerra no terminó” y agregó: “No es inocua la acción de Gran Bretaña en materia de política de defensa”.

Según el funcionario argentino, los británicos continúan con la ejecución de ejercicios militares, que consideró “ofensivos” y “merecen nuestro repudio, crítica y condena permanente”.

También aseguró que Reino Unido convirtió a “Malvinas en un enclave militar, en una isla donde hay tantos isleños como soldados británicos”.

Agregó que mediante un análisis geopolítico y geoestratégico de las islas, el interés británico estaría puesto en “la importancia que tiene ese enclave militar en el Atlántico sur-sur, su mirada hacia la Antártida, su mirada hacia el estrecho de Magallanes”.

Reclamo diplomático y bloqueo inglés

“Seguiremos reclamando Malvinas por las vías diplomáticas. A ningún país del mundo le gusta que se le acuse de imperialista o de ejercer una situación de colonialismo explícito como ejerce Gran Bretaña hoy con la Argentina”, expresó Rossi.

El ministro denunció bloqueos por parte de Reino Unido ante los intentos del Gobierno argentino por actualizar o reequipar a las Fuerzas Armadas.

“Cualquier componente de origen inglés frena cualquier tipo de operaciones”, mencionó.

Ya el viernes pasado, el presidente Alberto Fernández, reivindicó el “incólume” reclamo de soberanía de su país sobre las islas Malvinas.

“Argentina hizo muchos esfuerzos por encontrar un punto de diálogo y acuerdos con los usurpadores, pero no nos fue bien”, lamentó el mandatario.

A su juicio, el Reino Unido se instaló en las Malvinas “por razones económicas” y también militares, “para tener un mejor dominio”.