El gobierno de Argentina se prepara para enfrentar el cuarto paro general desde que Mauricio Macri llegó al poder en 2015, el cual se extenderá por al menos dos días y se enmarca en el contexto de una severa crisis económica, que conllevó una serie de medidas de austeridad fiscal.

Aunque el paro está programado para comenzar el martes, este lunes registraron las primeras movilizaciones convocadas por gremios pertenecientes a la Central General de Trabajadores (CGT), principal organización sindical, y a partir de las 20:00 horas dejará de funcionar el metro de Buenos Aires.

La decisión fue tomada a fines de agosto, luego que la crisis económica se agudizara en Argentina y el propio presidente Mauricio Macri anunciara una serie de medidas para evitar caer en default, algunas bastante polémicas como la reducción de ministerios, una renegociación del préstamo solicitado al Fondo Monetario Internacional (FMI) y un fuerte ajuste fiscal.

Entre los pedidos de los organismos sindicales están un acuerdo antidespidos en el sector público y privado, reabrir las negociaciones para el ajuste de los salarios según la inflación y que la actualización en el precio de los servicios básicos (agua, energía o gas) no sea según el valor del dólar.

“Si el Gobierno no tiene un plan B, lo del martes será solo el principio de un plan de lucha más profundo”, advirtió Juan Carlos Schmid, uno de los principales líderes sindicales del país vecino, según diario La Nación de Argentina.

El gobierno de Macri ha dicho que no negociará bajó presiones y apunta a las divisiones al interior del sindicalismo, especialmente de grupos vinculados al kirchnerismo de impulsar las movilizaciones contra el Ejecutivo.

“Creemos que no resuelve los problemas (el paro). Hay mucho condicionamiento en la negociación por la interna de ellos, aunque no dejamos de reconocer las dificultades de los últimos meses”, expresó Jorge Triaca, secretario del Trabajo en Argentina.

Macri no estará en Argentina durante el periodo que se extienda el paro, debido a su viaje a Estados Unidos para participar de la Asamblea General de la ONU en Nueva York y para “entregar tranquilidad” a grandes inversionistas sobre la situación de su país.

Se espera que todos los gremios del transporte público se sumen a la movilización y las principales aerolíneas reprogramaron sus vuelos, incluyendo Latam que suspendió todos sus vuelos a Argentina para este martes.

Además del transporte público también paralizarán en Argentina: la recolección de basura, transporte comercial, escuelas públicas, bancos, bencineras y puertos. Otros como bares, la justicia, el comercio y hospitales funcionarán de forma parcial.

La paralización preocupa al gobierno no sólo desde el lado político, sino también por el tema económico, pues estiman que por la movilización se perderán más de 30 mil millones de dólares.

“El costo económico del paro del día 25 de septiembre lo estimamos en $31.600 millones. Esto sería un costo de 0.2% del PBI”, señalaron fuentes del gobierno trasandino a diario Clarín de Argentina.

Argentina registra una severa crisis económica, que se agudizó tras una serie de corridas cambiarias que llevaron a que el peso se devaluara en más de la mitad de su valor. Si a principios de 2018 el dólar se cotizaba en 18,78 pesos argentinos, en la actualidad está a 37,15 pesos, superando a fines de agosto la barrera de los 40 pesos.

Además de la devaluación de la moneda, la inflación en Argentina sumó 24,3% entre enero y agosto, según el Instituto Nacional de Estadísticas (Indec), una cifra decepcionante para un gobierno que en 2017 se fijó como meta una inflación de 15% para 2018.

Primeras protestas

Con banderas y tambores, los manifestantes llegaron en varias marchas desde las afueras de Buenos Aires hasta la céntrica plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede de la presidencia, en la previa del paro que iniciará en las próximas horas.

“No al FMI”, “No al ajuste”, decían las pancartas desplegadas en la plaza y las calles aledañas, llenas de manifestantes.

“Mauricio Macri dejó de gobernar la Argentina, cada medida que toma la tiene que consultar con el FMI”, reprochó Joaquín Noya, uno de los manifestantes.

Aunque la huelga general fue convocada para el martes, ya este lunes pararon la escuela pública, los hospitales y parte de la administración pública.