El humorista e imitador comentó que tras su arrollador éxito en el Festival de Viña, se sintió sin objetivos e incluso no tenía confianza para hablar de sus sensaciones debido a sus logros.

Stefan Kramer compartió cómo vivió una fuerte depresión tras su rutina de 2008 en el Festival de Viña del Mar este martes en una íntima conversación con Eduardo Fuentes en el programa Buenas Noches a Todos.

El cómico conversaba con el periodista sobre el éxito de su primera aparición en el evento viñamarino, destacando el logro que tuvo a sus 26 años, apuntando entonces al vacío que sintió tras la rutina.

“Cuando ocurre el hecho de las gaviotas, los aplausos, la ovación, el púbico de pie, tú estás como: ‘¡Gracias! Qué estén bien’. Te fuiste de ahí y ya es otro día, es otro momento, no cachai nada”, aseguró entonces.

“Al otro día la rutina la repiten como loco en la tele y todos los días. Entonces lo primero que pensé es ‘hueón, no tengo otra rutina. ¿Qué hago? ¿Repito lo mismo? ¿Cómo lo hago?’ Se empezó a transformar en una sensación de que yo no tenía otro objetivo en mi vida”, reveló.

Asimismo, Kramer afirmó que sentía que “me preparé para esto, di lo mejor y… ¿Qué hago ahora? ¿Cómo lo continúo? ¿Qué espera la gente?”. A lo que, pese a que comenzó a realizar nuevas rutinas, todos destacaban su victoria en 2008.

De acuerdo al imitador, tras el show acabó con “esta sensación de cómo me reinvento. No sé como explicarlo, pero cuando no me fijo un objetivo y empiezo a cachar qué hago ahora y cuando tienes un éxito que fue muy arrollador, muy grande… empecé a sentirme con angustia de no saber qué hacer, qué pasos dar y saber que no lo podía compartir”.

Esto, debido a su propio éxito. “Si yo llegaba a alguien y le decía: ‘Me siento extraño’. Me iban a responder: ‘te ha ido la raja, anda a quejarte a otra parte’”, relató.

Así, vivió su propia crisis existencial en cómo continuar sobrellevando el éxito, refugiándose en su pareja y su familia. “Estuve un año y medio o dos años bien mal, la Paloma me apoyo en todo y hablábamos. Al principio era una situación… me sentía apoyado, pero llega un momento en que es mucho”, explicó.

Es por esto que Kramer decidió pedir ayuda a un psicólogo por su depresión, quien también lo derivó a un psiquiatra con quien tuvo tratamiento farmacológico. De todas formas, el humorista reflexiona en que fue positivo haber pasado por ese episodio entonces.

“Pienso que es bonito que me haya ocurrido, también y pasan los años y pienso ‘qué bacán encontrarte a uno mismo tan joven’ (…) Creo que esa crisis se me adelantó y fue bueno vivirlo, hoy veo a la distancia esos dos años que estuve con soledad, sufriendo, para después decir que hay una salida”, cerró.