El actor Jorge Zabaleta se sinceró sobre cómo ha sido su proceso alejado de las teleseries, la terapia que lleva para eso y cómo lo afectó grabar “Juegos de Poder”, en Mega.

Desde que debutó en teleseries en 1997, el actor tuvo una carrera ascendente, transformándose en el galán por excelencia, ganándose el cariño de la gente.

Pero hace dos años decidió dar un paso al costado y retirarse de estas producciones para emprender nuevos proyectos en otras áreas.

En entrevista con Revista Velvet, Zabaleta desclasificó cómo ha sido este proceso, luego de tantos años. “Lo mejor es que ya no me piden autógrafos, pero sí fotos”, bromeó.

“Ya no era un aporte para el género”

En un tono más serio, explicó que “ya no era un aporte para el género. Todo dura un tiempo. Nada es para siempre y necesitaba desarrollar otras cosas donde podía ser un mejor aporte”, dijo.

“Después de 24 años, hay que probar otras cosas. Uno va cumpliendo años y aunque aún tengo energía, quería usarla en otras cosas”, reconoció.

Si bien el intérprete afirmó que “la actuación es lo mío”, “hoy las teleseries toman mucho tiempo en grabarse”.

“La última que hice (Juegos de Poder en Mega), se demoró 10 meses, entonces para mí era mucho, y tengo un problema de ansiedad”, reconoció también.

MEGA

“Estar tanto tiempo haciendo lo mismo me provoca mucha ansiedad. Me vuelvo loco. 10 meses de camarín, son 10 meses de pensar en todo lo que podría estar haciendo y no hacerlo”, explicó.

Según el intérprete, la decisión la tomó porque “estaba reventado. Al final no recordaba ni los textos (…) en la teleserie ‘Juegos de Poder’. Te juro que no sabía ni qué tenía que decir y aunque me lo aprendiera veinte veces, no me entraba la letra”.

“Llevo dos años en terapia”

Pero la decisión no ha sido nada fácil. “Aprender a soltar me significó ataques de pánico, angustia, tomar remedios, como Rize que jamás lo había oído. Sufrir ahogos”, aseveró.

“Yo estaba acostumbrado a acaparar cosas; juntar y juntar (…) llevo dos años en terapia. Ha sido heavy. Se me cae el pelo a mechones. Es un cambio de vida. Es como si fueras pescador toda tu vida y de repente fueras minero”, dijo.

“Fue un cambio consciente, porque yo podría seguir estando ahí, pero ha sido duro”, reconoció.

Hoy, asegura, se volvió “emocional”. “Y el tiempo está pasando muy rápido. ¿No te pasa? Eso también me asusta un poco. También hoy tengo la tranquilidad de poder estar desarrollando lo que quiero”, añadió.