Tras retirarse de la televisión a fines de 2018, Álvaro Morales comenzó un emprendimiento culinario llamado Don Giovanni Eventos. Sin embargo, en marzo pasado debió cerrarlo debido a la pandemia.

No obstante, el actor de 51 años volvió a reiventarse gracias a su amigo Jaime Aravena, quien le facilitó las instalaciones de su negocio de papas fritas Papas Ricas de Mirón, ubicado en Ñuñoa, para que pudiera hacer pizzas y venderlas por delivery.

“Para el día del padre estuvo bueno, pero no tanto como imaginaba, y el fin de semana anterior estuvo mejor. Pero me entusiasma la idea de estar haciendo algo”, indicó Morales a Las Últimas Noticias.

“Me siento orgulloso cuando alguien entra preguntando por las pizzas. Yo le saco provecho al hecho de que soy actor. La gente me conoce por las teleseries y es muy cariñosa”, contó.

Su anterior emprendimiento

Respecto al emprendimiento que debió cerrar, Álvaro relató que comenzó por su interés en tener un negocio culinario.

“Se me ocurrió hacer eventos particulares para matrimonios, cumpleaños y fiestas. Importamos un horno desde Italia y llegábamos con él para hacer la pizza original italiana. Eso fue creciendo, al punto de que tuvimos que formar dos equipos de trabajo. Luego empezamos a hacer talleres para personas interesadas en aprender a hacer pizzas. Partimos en el Espacio Gárgola, del barrio Yungay, y después seguimos en mi casa y le agregamos performans teatrales y de tarot”, contó.

“Era bien entretenido la onda que se armaba”, señaló, agregando que tras el estallido social vio una disminución en sus actividades, pero se reactivó en el verano. “En enero y febrero nos fue muy bien hasta que llegó marzo con el coronavirus y tuvimos que cerrar todo. Pasé dos meses parado sin saber qué hacer“, reveló.

Las pizzas

No obstante, ahora se dedica a hacer el mismo las pizzas que vende, pues no está en condiciones de contratar personal, pero espera que a futuro las cosas mejoren.

“Está mi amigo haciendo sus papas fritas y yo con mis pizzas artesanales. Me llevé el horno italiano al local. No podría delegar y contratar a más personas. Por lo mismo reduje un poco la oferta: están la clásica Margarita, con jamón y salame, vegetariana, la de rúcula con parmesano, y a veces incluyo algunas creaciones mías como la que lleva tomate seco y alcachofa”, contó.

“Espero repuntar para poder sumar más gente. Yo no soy chef, soy un cocinero entusiasta, he tomado muchos cursos y me encanta lo que hago”, explicó.

Asimismo, señaló que cuando se retiró de las teleseries asumió el riesgo de vivir con menos. “Asumí el riesgo de vivir sin ese colchón de comodidad que te da el hecho de estar contratado en un lugar donde te pagan muchísimo dinero. Lo hice porque veía que la industria televisiva venía en declive y porque a los 50 años, en la primera mitad del segundo tiempo de mi vida, quise dar vuelta mi existencia”, confesó.

Morales reveló que sus planes son vivir fuera de Santiago en algún momento y seguir cultivando su pasión por la cocina.

“Tiré los dados para probar cómo me iba. Mi hija Julieta está grande y es cineasta. Yo puedo correr riesgos económicos. He reducido mis gastos. Vivo con más austeridad y me gusta”, afirmó.

“Me gusta tener una vida sencilla, soy bien solitario para mis cosas. Además, se que estoy en una situación privilegiada, porque estoy mejor que muchas otras personas que están endeudadas, que es otro nivel de pobreza. Por lo tanto, estoy agradecido, aunque incómodo por el nivel de deterioro en que estamos sumidos como país”, finalizó.