Carolina de Moras sorprendió este martes al revelar que fue víctima de violencia psicológica por parte de una antigua pareja. La animadora tocó el tema en el matinal La mañana de Chilevisión, mientras el panel discutía sobre la “Ley Gabriela”, la cual busca sancionar la violencia en el pololeo.

En ese contexto, la conductora confesó varios episodios de su relación que casi la anularon por completo. “Es una cosa que nunca he contado. Yo tuve una relación donde terminé pidiendo permiso a mi pololo para salir con mis amigas. ‘Permiso quiero salir con mis amigas’, decía, y él me respondía: ‘No"”, aseguró.

“Al principio era todo espectacular, una relación muy buena, pero de repente empieza a insegurizarse, y era como: ‘¿Y tú crees que vas a salir? Te van a estar mirando todos mis amigos y la gente que me conoce, y van a pensar que me estás…"”, agregó.

Desde ahí comenzó una relación muy controladora, donde las palabras y comentarios agresivos no se detuvieron. “Es una transición que no te das cuenta… primero porque las mujeres cuando nos enamoramos, nos entregamos y piensas que mientras más das, tus espacios, tus libertades, tus tiempos, mejor estás amando”, reconoció.

Según Carolina, en ese tiempo ella trabajaba dentro y fuera de Chile, lo que no le parecía bien a su pareja y se lo hizo saber. “Me decía ‘¿Y para qué te vas a ir a trabajar afuera? Si acá está todo bien. No necesitas irte‘ Entonces empiezas a pensar, ‘sí, en realidad, ¿para qué me voy a ir? si acá está todo bien, tengo mi relación, ¿para qué la voy a descuidar?’“, añadió.

“Después era como ‘a ti nadie te va a pescar. ¿Para qué vas a terminar conmigo? Si te vas a quedar sola’. Y te empiezas a convencer y empiezas a desconocerte a ti misma, a debilitarte y sentir que no tienes la personalidad, ni el carácter para trabajar, para desenvolverte con tus amigas. Así que asilas, te alejas de la familia y de tus amigas”, exclamó.

De Moras también contó que llegó un momento en el que tenía que rechazar todas las invitaciones de sus cercanos para evitar conflictos y los celos, ya que él siempre le decía que la habían visto en algún lugar.

“Te empiezas a perseguir y te cuestionas ¿por qué todo el mundo está tan pendiente de mi? Yo en un momento dije ‘Están todos envidiosos de mi relación, porque mi relación es demasiado buena, porque él es maravilloso y estoy pololeando con un ser maravilloso’. Y entonces uno deja de contar las cosas”, dijo la animadora.

Carolina también comentó la primera vez que recibió violencia psicológica, él le dijo que “no servía para nada”. “Me acuerdo que cuando iba a comer a casa de unos amigos, y él me decía, ‘no hables por favor, es que tus comentarios no son necesarios’. Y tu te sientes mal, y te chupas. Todo el mundo en la mesa te mira, y ojo, que la gente normaliza, el entorno normaliza y dice ‘ah tiene razón’. Y tú te empiezas a cohibir, sientes vergüenza, pánico, te sientes menos, quieres que el mundo te trague”, reconoció.

“Te sientes tan mal, que te empiezas a opacar y quedar callada. Entonces en la próxima comida dices ‘mejor no voy a hablar, mejor no voy a comentar’“, sentenció. “Tampoco comentas nada porque te sientes expuesta a que en cualquier minuto la otra persona pase la línea y se desborde”.

La conductora también reconoció que generó una dependencia con su pareja, al punto que él le elegía la comida cuando salían a algún restaurante o que debía levantarse a las tres de la mañana porque él tenía hambre y quería algo para comer.

“Dejé de trabajar porque al final le molestaba que yo trabajara de modelo, me estaba empezando a ir súper bien, tenía mis luquitas, y le molestaba que yo viajara fuera de Chile. En un momento me decía ‘pero a ver ¿cuánto vas a ganar? ¡Yo te lo pago!’, y tú le decías que no se trataba de eso, que querías trabajar pero él salía con que estabas descuidando la relación, la futura familia, y claro, tú de repente dices ‘bueno, tiene razón’“, confesó.

Carolina dice que se culpó mucho y que le costó mucho perdonarse y que tuvo que trabajar con especialistas. “Me sentía tonta, estúpida, hueona por aceptar esto y no parar (…) Uno pierde la libertad absoluta”, reconoció.

“Me acuerdo que miraba al cielo y decía ‘la vida no puede ser esto’. Cuando una se somete a amenazas de diferentes tipos te sientes insegura. La amenaza al final te hace vivir constantemente con miedo”, remató.