No es príncipe, pero sí hijo de Carolina de Mónaco y un importante miembro de la Familia Real de Mónaco, posición que ha utilizado en favor de su activismo, que lo llevó incluso a acompañar a Greta Thunberg en su viaje por el Atlántico a Nueva York.

A sus 32 años, cumplidos hace sólo unos días el 4 de septiembre, Pierre Casiraghi se perfila como uno de los hombres más atractivos de la realeza europea y no sólo por su apariencia.

Es considerado un padre ejemplar en la familia que conforma con Beatrice Borromeo -la periodista italiana con la que tiene dos hijos- principalmente por su activismo en favor del Medio Ambiente.

Fanático del Deporte

Tal como su padre, Stéfano Casiraghi, quien falleció en un accidente mientras participaba en competencias de off-shore (deporte náutico) cuando Pierre tenía sólo 3 años, es un fanático del deporte y el agua.

A pesar del terrible destino de su padre, creció sin temor al mar. Según comenta la revista Vanity Fair, ha participado en competencias de vela, con su “Malizia”, el velero que lo llevó a ganar importantes premios.

A bordo de su nave conquistó las regatas de Miami Gold Cup en Estados Unidos y la Copa del Rey de Vela en Mallorca, España. Sin embargo, en la reciente regata Rolex Giraglia, en las costas de Mónaco y Saint Tropez, no destacó tanto por su desempeño, sino que mayormente por el potente mensaje que entregó a través de su uniforme, en cuya espalda llevaba la frase “What can you do for the ocean?”, (“¿qué puedes hacer tú por el océano?”), muy en concordancia con sus preocupaciones actuales, consigna el mismo magazine.

Junto a esta frase llevaba el hashtag #MyOceanChallenge que pertenece a una iniciativa de Pierre y Boris Hermann, navegante alemán socio de Casiraghi que busca promover la conciencia, protección y educación en torno al mar. Su mensaje buscaba concientizar al público sobre el importante papel que tenemos los humanos en el cuidado de los océanos.

Sin embargo, el mar no es su única pasión, también es un fanático del fútbol, siguiendo al Mónaco, el equipo que sigue desde niño y al que visita constantemente en la cancha. De igual forma es un admirador de la Fórmula 1 y usualmente se le puede ver en el Gran Premio de Mónaco.

Siempre junto a su mujer e hijos

Se dice que la pareja que forma con su esposa Beatrice Borromeo es la que más brilla en Mónaco. Su boda en agosto de 2015 es calificada como una de las más espectaculares de la última década, donde se pudo ver a la novia vestida por Armani, tanto en el matrimonio religioso junto como en la fiesta posterior donde cambió de atuendo, destacó Hola.

Tiene dos hijos, Stéfano y Francesco, a quienes pudimos conocer en el Día Nacional de Mónaco, cuando junto a toda la familia real del principado salieron al balcón del Palacio para celebrar la fecha más importante para la Casa de los Grimaldi. Los pequeños aparecieron en brazos de sus padres junto a sus primos, los hijos de su hermano, Andrea y Tatiana Santo.

Conocidas son sus apariciones en el Baile de la Rosa, que celebra la familia Grimaldi y donde se han realizado homenajes que incluyen incluso al fallecido Karl Lagerfeld.

Durante años se ha conocido a la pareja como los reyes de la pista, donde se les ve innovando con algún paso de baile, pero también alternando con risas y gestos de cariño, muy lejos de la rígida realeza inglesa, por ejemplo, destaca Hola.

Julian Stratenschulte | dpa | AFP
Julian Stratenschulte | dpa | AFP

Sin embargo, para Beatrice, quien es una aristócrata de su país, abandonar su carrera y asumir la vida del principado al lado de su marido y al cuidado de sus hijos no ha sido tan fácil. “Fue un sacrificio abandonar mi trabajo e instalarme en Mónaco, pero lo hice porque mi marido vive aquí, gestiona sus empresas desde aquí y él es el que gana más dinero de los dos. Antes daba prioridad al trabajo, pero desde que me he casado ha pasado a un segundo plano”, señaló en declaraciones recogidas por Hola.

El activismo lo mueve

El pasado 28 de agosto, Pierre finalizó la travesía que realizó junto a Greta Thunberg, la adolescente de 16 años que lucha por el cambio climático, a la que llevó en su velero -el Malizia II- por el atlántico hacia Nueva York. Esto con el objetivo de participar en la Cumbre sobre la Acción Climática que se celebrará este 23 de septiembre, destacó El País.

Cabe destacar que el viaje no contó con los lujos a los que está acostumbrado Casiraghi, ya que la embarcación está preparada para participar en competencias de deporte y no para trasladar a una tripulación por un océano, por lo que la travesía no estuvo exenta de dificultades.

La tripulación conformada -además de Casiraghi- por Greta, su padre, un equipo de documentalistas y Boris Herrmann, durmió en sacos de dormir, renunció a la ducha, sustituyó el baño por una cubeta y cocinó en un pequeño horno. Recordemos que Greta no viaja en avión debido a su compromiso por reducir su huella ambiental.

Para Casiraghi, este viaje fue parte de su compromiso con los océanos y el fomento de la conciencia sobre la contaminación de éstos. Una pasión que comparte con su tío, el príncipe Alberto de Mónaco, quien también está fuertemente comprometido con causas ambientalistas.

En 2018 lanzó el proyecto Malizia Ocean Challenge para impulsar la investigación de las aguas, así como talleres y conferencias en colegios de Alemania, Francia, Mónaco, Italia, Reino Unido y Estados Unidos, para sensibilizar a los escolares sobre la necesidad de cuidar los océanos y garantizar la sostenibilidad ambiental.

El miembro de la familia real de Mónaco sale del patrón que siempre se conoció de los Grimaldi, quienes estaban acostumbrados al lujo, las fiestas y continuas vacaciones, trabajando por aportar al mundo en la causa ambientalista y también, proyectos para impulsar la investigación de enfermedades infantiles, destacó El País.