La cadena de cafeterías Starbucks, la mayor del mundo en su género, anunció que rescindirá el contrato de 1.100 empleados corporativos, en lo que constituye el mayor despido de su historia, según aparece en una carta de su director ejecutivo, Brian Niccol, hecha pública este lunes.
Además de estos despidos, la compañía -que tiene una plantilla mundial de 16.000 personas en funciones corporativas- va a dejar de cubrir “cientos” de puestos del mismo tipo que estaban vacantes, sea por duplicidad en sus funciones o por otras razones.
Los empleados corporativos son todos los que no atienden a los clientes en las cafeterías, y la compañía ha aclarado que los despedidos no estarán entre los que trabajan en el tostado de café, almacenes o distribución de productos.
El diario The Wall Street Journal apunta que la compañía se enfrenta a una caída en ventas por la aparición de nuevos competidores en un mercado donde hasta ahora Starbucks casi no tenía rivales, además de quejas por las largas colas que muchos clientes soportan antes de ser atendidos.
Uno de los retos de Starbucks en los últimos años ha sido el de mantener un rápido ritmo en el servicio -tanto en tienda como en los pedidos ‘on line’- y ofrecer una gama cada vez más extensa de productos ‘personalizados’, donde el café o la bebida solicitada puede tener una decena de presentaciones según los ingredientes utilizados.
Brian Niccol fue fichado por Starbucks luego de su reconocido paso por Chipotle, empresa cuyas acciones subieron un 800% durante su liderazgo.
Con este nombramiento, la compañía de café buscaba traer nuevos aires luego que la no tan exitosa gestión de Laxman Narasimhan.
Su llegada a Starbucks no estuvo exenta de polémicas. Su sueldo sería uno de los más altos dentro de las planas ejecutivas de EEUU, US$1,6 millones anuales, a lo que se podrían sumar bonos de desempeño y acciones, totalizando unos US$23 millones máximos.
Además, con tal de retener a Brian es que se le abrió la posibilidad de trabajar en remoto desde su casa en Newport, California, además de disponer de un avión para viajar a las oficinas de la empresa en Seattle.