Hace más de un año que la planta termosolar Cerro Dominador -ubicada en pleno desierto de Atacama y reconocida por ser pionera en Latinoamérica- está detenida por una avería en su sistema de almacenamiento de sales, frenando las expectativas de un proyecto símbolo de las energías limpias en la región.
“Se podía prever que iba a pasar, son cosas que ocurren en estos proyectos, pero no tan rápidamente”, explicó el director Legal de Asuntos Públicos de Cerro Dominador, Pablo Cavallaro.
El complejo solar combina dos tecnologías: la fotovoltaica, con una capacidad de 100 MW y que funciona solo cuando hay sol; y la Concentración Solar de Potencia (CSP), por primera vez en Latinoamérica, con otros 110 MW y 17,5 horas de almacenamiento de sales fundidas que pueden generar energía limpia durante 24 horas al día.
Cerro Dominador, ubicado a 60 kilómetros de Calama, en uno de los puntos de mayor radiación solar del mundo, captura energía solar a través de 10.600 megaespejos (helióstatos) de 140 metros cuadrados de superficie cada uno. Distribuidos como un girasol, se mueven siguiendo su recorrido y reflejan su luz hacia un receptor instalado en la cima de una torre de 250 metros.
La radiación absorbida calienta las sales fundidas, que pueden alcanzar temperaturas muy altas en estado líquido, hasta más de 560 grados celsius, y son almacenadas en grandes estanques para luego, mediante una turbina de vapor, generar electricidad tanto de día como de noche para abastecer a unos 380.000 hogares.
“Los tanques de sales calientes empezaron a presentar problemas en las paredes y el suelo”, apuntó Cavallaro, quien mencionó inconvenientes tanto “de diseño como de construcción” por falta de “resistencia al calor”.
“Ahora no llegan los visitantes”
El taxista Samuel Muñoz, calameño de toda la vida, recordó a Agencia EFE que la puesta en marcha de la termosolar “fue muy importante” para una zona poco cuidada por el Estado.
“Aunque no es un lugar muy visitado, es de interés para los interesados en energías limpias, pero ahora no llegan”, lamentó.
César Diestro es encargado de calidad de Cerro Dominador, trabaja desde hace seis años en la planta y fue testigo de como la termosolar trabajó a su máximo rendimiento durante dos años, desde junio de 2021 cuando fue inaugurada por el expresidente Sebastián Piñera; hasta mayo de 2023, cuando fallaron los estanques.
“Uno de los sistemas más complicados y delicados es el de sales, sobre todo por los materiales que se usan para tuberías o tanques de sal porque son metodológicamente complicados, requieren procedimientos de soldadura bien estrictos y mucho más análisis que otros procedimientos”, explicó.
Sin fecha a la vista para poder retomar las operaciones y conscientes de que la reparación “cuesta varios millones”, según Cavallaro, por ahora la termosolar recibe solo “tareas de preservación”, porque al estar sin producir “algunos sistemas podrían deteriorarse”, apuntó el alto ejecutivo; mientras que la planta fotovoltaica sigue inyectando energía al Sistema Interconectado Central de Chile (SIC) que abastece a todo el país.
“Todas las lecciones aprendidas”
El investigador del Centro de Investigaciones en Energía Solar de la Universidad de Chile Frank Dinter, considera que Cerro Dominador además de contribuir al suministro eléctrico del norte del país, en especial para la minería, también “valida la factibilidad técnica y económica de la CSP en Chile”.
Según él, la principal ventaja de la energía termosolar en comparación con otras renovables no convencionales es “su capacidad de generar potencia base y ser despachable” gracias a los sistemas de almacenamiento térmico “que permiten guardar la energía generada durante el día para ser utilizada cuando se necesita, adaptándose a la curva de demanda”.
El proyecto, que implicó una inversión de 1.400 millones de dólares y cuya reparación está en manos de la española Acciona, está hoy controlado por el fondo canadiense Brookfield y cuenta también con participación de EIG Global Energy Partners.
A pesar de los inconvenientes, Cavallaro se muestra convencido de que esta tecnología sigue siendo la solución: “Seguimos creyendo a muerte en ella”, enfatizó.
Y concluyó: “Están todas las lecciones aprendidas para que esto no vuelva a suceder”.