Este lunes comenzó a cotizar el agua en el mercado de futuros de materias primas producto a su creciente escasez en el mundo.

El índice Nasdaq Veles California Water Index —representado bajo el código bursátil NQH2O— corresponde a un indicador de precios del agua en California. Este lunes comenzó a cotizar en alrededor de US$486,53 por acre-pie, unidad de medida estadounidense que en sistema internacional correspondería a 1.233 metros cúbicos, según recoge Forbes México.

Cabe precisar que el precio del agua se ha duplicado durante el último año en California. Según los expertos, esta nueva incursión del agua en el mundo bursátil permitiría una mejor gestión del riesgo futuro de ésta.

Sin embargo, desde Greenpeace señalan que Chile podría verse afectado por lo anterior dado el actual conflicto sobre este bien común, agravado por la actual crisis climática.

Acorde a la organización, el llamado de atención es que esto instale un precedente internacional, en países donde el agua aún no está garantizada para el consumo humano y ecosistemas y aún hay personas que, en el contexto de pandemia, no cuentan con este recurso ni para enfrentar adecuadamente la pandemia. El ejemplo de Chile justamente demuestra la gravedad de avanzar en este sentido, donde el agua ya es una mercancía en manos de unos pocos.

Matías Asun, director de Greenpeace, señaló que “lo que está pasando hoy en Wall Street, tiene su peor cara en Chile. Considerando que esta desigual asignación establecida en la Constitución de 1980 donde existen personas que no alcanzan a acceder a este vital elemento, nos posiciona como el estandarte de la desigualdad e injusticia social y ambiental que se vive en el país”.

En esa línea, agregó que “el mismo litro que se utiliza en la industria, la agricultura o la minería, antes llegaba a bosques nativos, humedales, y ecosistemas que mantienen nuestra salud y calidad de vida. Cuando se produce una competencia por un bien común como el agua, más aún agravada por la crisis climática, evidentemente se encarecerá el cuidado de estos ecosistemas e incluso el suministro que, como derecho humano, es responsabilidad de la mayoría de los estados”.

“En Chile el ejemplo más claro de ello lo vimos este mismo año en mayo en medio del inicio de la crisis de Covid-19 cuando el gobierno deliberadamente anuló una resolución sanitaria que aumentaba la escasa cantidad de agua que se entregaba a distintas localidades en la Región de Valparaíso, argumentando razones de costo”, sostuvo.

Sobre lo mismo, señaló: “Si bien no hay ninguna garantía de que esta medida tenga un impacto ambiental y social positivo, lo cierto es que no sería aplicable a países como el nuestro, donde el problema del agua no tiene precedentes ni paralelos; Chile tiene sus aguas privatizadas de facto y es un ejemplo internacional de cómo eso se traduce en injusticia y problemas sociales y ambientales: no cuidamos nuestras fuentes, como los glaciares; hay dueños de ríos completos; el agua se ha vuelto costosa para que el Estado la suministre e impagable
para un sector vulnerable, mientras enfrentamos una crisis climática que ha reducido significativamente las lluvias”.

“Chile es, por lejos, el epicentro de la visión mercantil sobre las aguas. Mientras en el resto del mundo los derechos de agua se constituyen por concesiones o licencias, en Chile está en manos de unos pocos que la han secuestrado a perpetuidad, amenazando todo lo demás, situación que está consagrada en nuestras leyes y en nuestra constitución vigente. Es decir, hemos llevado al extremo absoluto el problema de entender el agua como un recurso productivo en manos de privados”, explicó Asun.

Según la organización, deben existir sistemas de regulación para actividades productivas, especialmente considerando factores como la actual crisis climática donde cada vez habrá menos agua disponible, el riesgo de asignarle valor al agua sobre dichas actividades, sin un compromiso manifiesto de los Estados de resguardar la protección del medio ambiente y el consumo humano para una vida digna, implica un peligro mayúsculo.

Lo anterior, según señalan, se manifiesta en que miles de personas en Chile no reciban agua suficiente, situación que atenta con el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de derechos humanos, hecho que ha sido denunciada por relatores internacionales de Naciones Unidas.

Estas declaraciones ocurren a días de la liberación del informe del Centro de Producción del Espacio que señala que de los 29.001 titulares que poseen derecho de aguas consuntivos, el 1% concentraría casi el 80% del volumen total disponible en el sistema, es decir, que la desigualdad de concentración de la propiedad permanente de las aguas es casi absoluta en el país.