Los científicos de la NASA tienen que sacar la EEI de su órbita, pero todavía no han podido planificar cómo hacerlo sin que represente un peligro.

Hace un par de años la NASA informó que está planificando desmantelar la Estación Espacial Internacional (EEI), la instalación a donde viajan astronautas de diferentes países para realizar experimentos y estudiar las condiciones del espacio.

Esta estructura tiene el tamaño de una cancha de fútbol grande y pesa cerca de 450 toneladas, por lo que su desmantelamiento es un proceso delicado que requiere cuidadosa planificación.

Los expertos advierten que, si los fragmentos de la EEI caen a la Tierra sin control, serían los suficientemente grandes y pesados como para generar importantes pérdidas humanas y materiales.

Por eso, la NASA todavía está evaluando cómo realizar este procedimiento de aquí al 2030, cuando deshabiliten la EEI para trasladarse a una nueva, renovada y con mejores equipamientos.

De acuerdo con Scientific American, la agencia espacial estadounidense evaluará algunas opciones durante los próximos meses para formular un plan por el que están dispuestos a pagar unos mil millones de dólares.

Recordemos que la estación espacial es un proyecto internacional considerado uno de los más grandes que se han hecho. Principalmente, corresponde a Estados Unidos y Rusia, pero también incluye a Japón, Canadá y algunos países de Europa.

La EEI comenzó a operar en el año 2000 y se pronosticaba que tendría una vida útil de 15 años, pero superó con creces esta meta y se mantendrá por casi 30. Sin embargo, los expertos dicen que ya no es viable que siga en órbita.

¿Qué pasará con la Estación Espacial Internacional (EEI)?

Puede decirse que los científicos están teniendo problemas para descifrar como desmantelar —o destruir— la EEI. Resulta que esta está en la órbita baja de la Tierra, una zona donde es atraída constantemente hacia la atmósfera, efecto que es contrarrestado con los propulsores de las naves que la mantienen en movimiento.

Para dejar de usarla, evaluaron la posibilidad de empujarla hacia una órbita más alta, donde no habría riesgo de que caiga a la Tierra. Pero de todas formar podría comenzar a dañarse con el tiempo y sus fragmentos destruirían algunos satélites que orbitan allí, generando escombros peligrosos.

Además, empujarla más arriba implica medidas que serían extremadamente caras, como en combustible y naves capaces de concretar esta tarea. Con esto en consideración, concluyeron que no es posible dejarla en órbita.

Para solucionar esto, por el momento están apelando a quemarla, haciendo que caiga a la atmósfera, pero sería el objeto más grande que reingrese a la Tierra y su órbita pasa por lugares poblados, por lo que sería deliberadamente peligroso.

Por ello, los científicos están buscando una forma de hacer un reingreso controlado, para evitar desgracias. La EEI tendría que ingresar de manera rápida, estable y caer en una zona aislada del océano, pero esos puntos no se han resuelto por ahora.