Dos expertos en neurociencia explican por qué la creencia de que cada hemisferio del cerebro representa un lado emocional u otro racional es un mito. Además, apuntan al problema que esto conlleva para la educación.

Por décadas se ha enseñado erróneamente sobre el cerebro, apuntan los expertos en neurociencia. Y es que en las escuelas los profesores suelen enseñar sobre los hemisferios del cerebro como dos lados diferentes que determinarían las habilidades de los humanos, un lado dominante que haría a las personas objetivas, racionales y analíticas o pasionales.

Sin embargo, esta sería una concepción errónea de cómo funcionan los lados del cerebro, así lo explican José A. Morales García, investigador científico en enfermedades neurodegenerativas y profesor de la Facultad de Medicina, Universidad Complutense de Madrid; y Conchi Lillo, profesora titular de la Facultad de Biología, investigadora de patologías visuales, Universidad de Salamanca, en un artículo de The Conversation.

“Nuestro cerebro se compone de dos mitades: los hemisferios cerebrales. Pero al contrario de lo que pueda parecer, no son dos estructuras aisladas e independientes: ambos están extraordinariamente conectados por un “cableado” que los comunica”, apuntan.

Este cableado es denominado “cuerpo calloso” y está formado por más de 200 millones de fibras nerviosas que son las encargadas de trasladar la información desde un hemisferio a otro. Además, este traspaso de información permite que cumpla y coordine todas sus funciones. “Para ello los hemisferios se reparten el trabajo”, señalan Morales y Lillo.

“Cada sección tiene una función, pero todas están relacionadas. No sólo eso, sino que además se hallan estrechamente comunicadas, puesto que el correcto funcionamiento de unas depende de lo que hagan las otras“, aclaran.

¿El cerebro tiene un lado racional y otro racional?

Es común escuchar que el cerebro está dividido en dos mitades y que las habilidades de cada persona dependen de qué lado trabajan más. Esta teoría se conoce como “dominancia del hemisferio” y sugiere que si las personas son buenas con los números y la lógica usarían más su lado izquierdo, mientras que las que con dotes artísticos, usarían más el lado derecho.

“Esto, además, contribuye a clasificar erróneamente a las personas en dos tipos: objetivas, racionales y analíticas o pasionales, soñadoras y creativas. Nada más lejos de la realidad. No existe un hemisferio dominante“, aseguran los expertos.

Asimismo, los científicos señalan que incluso existe evidencia a partir de estudios que demuestra el funcionamiento conjunto de ambos lados del cerebro tras realizar resonancias magnéticas.

“Sus resultados ponen de manifiesto que todos usamos ambos hemisferios por igual, aunque la actividad registrada en uno y otro dependerá “de lo que estemos haciendo””, aclaran.

En la misma línea, señalan que está demostrado que el lado del cerebro que se usa para distintas actividades puede variar según cada persona.

“Que el grueso de una función concreta recaiga en un hemisferio, como ocurre con el lenguaje y la mitad izquierda del cerebro, no implica que en una persona con mayor capacidad lingüística domine ese hemisferio”, concluyen.

¿De dónde viene este mito sobre los hemisferios del cerebro?

Los expertos teorizan que este mito pudo haberse originado en 1865, cuando el científico Paul Broca habló en la Sociedad Antropológica de París y aseguró que “hablamos con el hemisferio izquierdo” del cerebro. Asegurando que las funciones del lenguaje se encontrarían en zonas cerebrales de ese extremo.

Sin embargo, esto sería una prueba más de que ambos hemisferios funcionan a la par, Morales y Lillo usan el ejemplo de un músico que memoriza una canción.

“Cuando un cantante memoriza la melodía y la letra de una canción, las funciones relacionadas con verbalizar la letra se localizan en su lado izquierdo, pero usará el derecho para expresar la musicalidad de la canción. Es un trabajo de equipo”, detallan.

“A pesar de que aún hay incertidumbre sobre algunos aspectos del funcionamiento del cerebro humano, de lo que estamos seguros es de que el talento y la personalidad de una persona no están determinados por la dominancia de un hemisferio sobre el otro“, aseguran.

Además, apuntan a la educación como una de las áreas más afectadas por esta creencia. “Si creemos erróneamente que hay alumnos de “cerebro derecho” –mucho mas creativos– o de “cerebro izquierdo” –mas analíticos–, los estamos encasillando en esas categorías. Esto limita sus oportunidades de aprendizaje, acotando sus intereses e impidiéndoles desarrollarse en otras disciplinas”, concluyen.