El estudio que demoró varios años, tras el hallazgo de la momia, arrojó reveladores detalles, desdiciendo además que se trate de un caso único. La ciencia y la prolijidad han permitido a los científicos replantearse algunos métodos e incluir otros más contundentes. El presente y el pasado se han conjugado para gestar con certeza los resultados de la que se creía era la primera momia embarazada.
A finales de abril del año del 2021, corría mundialmente la noticia del hallazgo de la primera momia embarazada, restos que habían sido descubiertos 4 años atrás, pero sin mayores detalles del suceso.
No obstante, los titulares de tal ocasión hacían alarde de la noticia que se configuraba como un hito. Un puente revelador entre el pasado y el presente.
El cuerpo que yacía embalsamado, fue encontrado en una tumba del antiguo Egipto y databa de hace unos 2.000 años.
Los científicos a cargo de los estudios, al igual que los excavadores, se mostraban complacidos y la expectativa de lo que su trabajo pudiera arrojar.
En la revista Journal of Archaeological Science, algunos ya adelantaban que se trataba de “Un descubrimiento fascinante”. Lo era. Y, desde entonces, se ha esperado que desde la comunidad científica se ofrecieran más detalles de lo que la técnica actual pudiera descifrar del pasado y de ese cuerpo tan inerte como embalsamado.
“Los médicos pueden estudiar, por ejemplo, el contenido intestinal del feto para recopilar información sobre el desarrollo del sistema inmunológico en la antigüedad”, aseguraba hace más de un año el científico y autor principal del estudio, Wojciech Ejsmond, en declaraciones al medio británico The Sun.
Misterio resuelto de la momia embarazada y su feto
Nuevamente, la Journal of Archaeological Science hizo noticia, después de una especie de lo prometido es deuda.
Recientemente reveló los resultados del estudio practicado a la que se creía era la primera momia embarazada, y a su feto. Ejsmond, honró sus palabras hacia la comunidad que representa y al público que se mostró interesado en conocer hasta las entrañas-literal-, el por qué los arqueólogos y científicos no habían detectado otros casos similares en la historia reciente vinculada a estos hallazgos.
“Las mujeres en edad fértil, probablemente, no estaban constantemente embarazadas, pero una vez en varios años sí lo estarían. Entonces, ¿por qué no se encontraron los restos de otras mujeres embarazadas que fueran embalsamadas?”.
Para empezar, lo que Ejsmond y su equipo hicieron fue determinar que, con las técnicas de embalsamamiento de hace 400 lustros, las sustancias que se utilizaban disolvían los huesos de los fetos. Ese pasado disolvente hacía imposible detectar en el presente, a través de rayos X, los restos humanos que yacían en el útero de su también fallecida madre, quien pasaría a la posteridad por medio de una técnica ancestral que sin saberlo se interpondría con la ciencia.
La página de Facebook Warsaw Mummy Project, muestra una impresionante galería fotográfica del hallazgo y de una parte de los estudios a la momia embarazada.
“Los radiólogos esperaban encontrar huesos, y nuestro caso demuestra que, de hecho, no es lo que se debería hacer. Hay que buscar tejidos blandos de una forma peculiar”, cita el portal Insider, al científico líder de la investigación.
Por lo anterior, las ausencia de restos óseos habría generado que científicos no detectaran a otras momias embarazadas. Por lo tanto, los nuevos descubrimientos pusieron en entredicho que la que fue denominada “la primera momia embarazada”, realmente lo fuera.
Cuando los arqueólogos descubrieron el cuerpo embalsamado (2016), lo identificaron preliminarmente con un sacerdote egipcio. No obstante, a la fecha se confirma que era el de una mujer de entre 20 y 30 años, con un feto cuya gestación era de 26 y 30 semanas.
¿Por qué los huesos de la madre no se disolvieron?
Poco a poco, el estudio revelado a inicios de este 2022 por la revista Journal of Archaeological Science, va revelando el misterio de las momias embarazadas. No se trataría de la primera, según detalles de la investigación.
La anterior, es una aseveración que ya ha sido explicada. No obstante, existen interrogantes sobre por qué la conservación de los huesos de la madre y no del producto de gestación.
Según el científico Wojciech Ejsmond, todo tiene una explicación desde la concluyente ciencia y a partir de la naturaleza misma, mezclada con los métodos de embalsamamiento de hace 2.000 años.
Y es que, con la descomposición del cuerpo humano, una cubierta de ácido lo constituye de forma natural. Esa acidez alcanzó a los fetos en el cuerpo de sus momias madres, lo que disolvió sus apenas formados huesos.
Los minerales, producto de esta reacción química, combinación de acidez corporal y sustancias usadas en el antiguo Egipto, se regaron hasta unirse al agua que había en el útero.
Eso, en lo que respecta al humano que estaba formación. Pero, en el caso de la madre, su osamenta se conservó con los siglos gracias a otra sustancia química usada en esas fechas.
Se trata del natrón, usado también para la momificación, el cual cumplía con el objetivo de secar los restos. El aporte egipcio (involuntario) a la ciencia, fue que eso permitiría a los minerales no disolverse y perderse con otras sustancias (como la del útero).
De ahi, que los huesos de la momia adulta se preservaran de tal forma que en pleno 2022, el mundo se asombre con los resultados de los estudios que están dando la vuelta al mundo.