El telescopio James Webb sigue en su búsqueda de exoplanetas rocosos con atmósferas y ahora analiza uno donde se detectó la presencia de vapor de agua.

Esta semana, la NASA informó sobre un nuevo e importante hallazgo del Telescopio Espacial James Webb (JWST), se trata de la detección de vapor de agua en un sistema planetario distante. Si bien estos datos prometen, al momento no han podido dilucidar de donde vienen.

El telescopio en cuestión encontró vapor de agua mientras estudiaba el exoplaneta GJ 486 b, que orbita una estrella enana roja, pero aún no se ha determinado si proviene del planeta en sí o más bien de su estrella.

En primera instancia, los científicos de la NASA proponen que corresponde al planeta, aunque el encontrarse tan cerca de su estrella complica esta teoría, puesto que no está en su zona habitable, alcanzado temperaturas no aptas para la vida y careciendo de una atmósfera donde pudiera haber agua.

“Si el vapor de agua está asociado con el planeta, eso indicaría que tiene una atmósfera a pesar de su temperatura abrasadora y su proximidad a su estrella”, plantean. Además, sería la primera vez que se encuentra una atmósfera alrededor de un exoplaneta rocoso, como lo es la Tierra.

“Sin embargo, el equipo advierte que el vapor de agua podría estar en la propia estrella, específicamente en manchas estelares frías, y no del planeta en absoluto”, puntualiza el comunicado de la agencia espacial.

“Vemos una señal, y es casi seguro que se debe al agua. Pero aún no podemos decir si esa agua es parte de la atmósfera del planeta, lo que significa que el planeta tiene una atmósfera, o si solo estamos viendo una firma de agua proveniente de la estrella”, dijo Sarah Moran de la Universidad de Arizona en Tucson, autora principal del estudio.

El James Webb debe investigar de dónde viene el vapor de agua

GJ 486 b es un planeta rocoso al igual que la Tierra, pero se estima que sería un 30% más grande y 3 veces más masivo, por ende alcanzando una gravedad más fuerte que la de la Tierra.

Además, gira alrededor de su enana roja en 1,5 días terrestres, lo que indica que está demasiado cerca como para tener un clima habitable. Por otro lado, “se espera que esté bloqueado por mareas, con un lado de día permanente y un lado de noche permanente”, dice la NASA.

Los científicos identificaron el vapor de agua a través de una técnica llamada espectroscopia de transmisión, que permite realizar observaciones cuando el planeta transita frente a su estrella. De tener atmósfera, la luz de su estrella se filtraría a través de sus gases, imprimiendo huellas que captaría el James Webb.

“El equipo observó dos tránsitos. Luego utilizaron tres métodos diferentes para analizar los datos resultantes. Los resultados de los tres son consistentes en que muestran un espectro mayormente plano con un aumento intrigante en las longitudes de onda infrarrojas más cortas. El equipo ejecutó modelos informáticos considerando varias moléculas diferentes y concluyó que la fuente más probable de la señal era el vapor de agua”, explican.

A pesar de ello, las posibilidades de que venga de su estrella también son altas. Cabe recordar que el vapor de agua a veces puede existir por las manchas solares de las estrellas, si son muy frías en comparación con su superficie circundante, según se ha visto en el Sol.

“La estrella anfitriona de GJ 486 b es mucho más fría que el Sol, por lo que aún más vapor de agua se concentraría dentro de sus manchas estelares”, dice el comunicado.

Ahora, queda completar las observaciones para descubrir de donde salió el vapor de agua que el James Webb captó. “Se necesitarán observaciones en longitudes de onda infrarrojas más cortas por otro instrumento Webb, el generador de imágenes de infrarrojo cercano y el espectrógrafo sin rendija (NIRISS), para diferenciar entre la atmósfera planetaria y los escenarios de manchas estelare”, concluyó la agencia espacial.